Alerta Roja

Chetumal, una capital en irreversible decadencia

Desde los Once Pasos

Javier Chávez Ataxca

El temible futuro muerde y desangra a Chetumal, la capital de Quintana Roo eclipsada en definitiva a partir de 2005 por Cozumel –con la salida del gobernador chetumaleño Joaquín Ernesto Hendricks Díaz– y ahora mucho más por Cancún, con el triunfo contundente de su alcaldesa Mara Lezama en 2022.

En tiempos del priato había un equilibrio entre Chetumal y Cozumel para la postulación de gobernantes, pero el cozumeleño Félix González Canto lo rompió en 2010 al heredar el trono al joven e impreparado cozumeleño Roberto Borge Angulo, quien alimentó las condiciones para el triunfo del peninsular Carlos Joaquín González, postulado como candidato externo por PAN y PRD en 2016.

En el equipo titular de la gobernadora Mara Lezama sobresalen cancunenses, muchos del Verde Ecologista y con una visión no sólo limitada a ese polo turístico del norte, sino que contempla con desdén y hasta desprecio al resto de las regiones del estado, con nuestra capital en primera posición de su rechazo que no ocultan.

Algunos nombres de cancunenses como botones de muestra:

Pablo Bustamante Beltrán (Secretaría de Bienestar), Alberto Covarrubias Cortés (Agua Potable y Alcantarillado) Vagner Elbiorn Vega (Administración Portuaria Integral), Rodrigo Alcázar Urrutia (Instituto de Movilidad), Alma Beatriz García Muñoz (Sistema Quintanarroense de Comunicación Social) y Bernardo Cueto Riestra (Turismo), quien tomó la rienda en la recta final del mandato de Carlos Joaquín.

Hasta la diputación federal con cabecera en Chetumal fue entregada a Anahí González Hernández, cancunense de Morena.

Pero la decadencia de nuestra capital abarca todos los flancos, más allá del político, porque su sector privado depende por completo de la obra pública gubernamental, principalmente la del gobierno del estado anclado en Cancún, porque la capital sureña les aburre.

Notable y digno de reconocimiento el apoyo a manos llenas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a diferencia de Mara y su equipo sí se siente muy a gusto en el sur, aunque el hechicero de Macuspana no cumplió algunas promesas, entre ellas instalar la Secretaría de Turismo en Chetumal.

El Tren Maya es la obra más gigantesca para nuestra región en toda la historia y el Presidente supervisa en persona cada colocación de durmientes, porque “al ojo del amo engorda el caballo”.

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