Alerta Roja

La insoportable debilidad de Arlet

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La candidata priista a la diputación federal por el segundo distrito, Arlet Mólgora Glover, navega en aguas de una somnolencia y exceso de confianza que pueden complicarle la elección, evitando el triunfo contundente que debe conseguir contra viento y marea, según los antecedentes de triunfos ininterrumpidos de su partido a este nivel.

Todas las encuestas coinciden en la previsible ventaja de Arlet en la batalla electoral, pero ella sigue aferrada a una campaña tan previsible que provoca un sanguinario golpeteo en redes sociales, ya que su coordinador de campaña – el galeno Manuel Aguilar Ortega– no está preparado para un desafío de estas dimensiones.

Con toda la maquinaria priista a estas alturas se espera una ventaja considerable de Arlet, pero al estar tan protegida su anemia ha sido inevitable, como la del atleta al que no permiten abandonar su recámara para ejercitarse.

El error consiste en respaldarse en periódicos que cuestan mucho y publican boletines previsibles, si acaso revolcados por redactores que disfrazan la propaganda con los nombres de reporteros que tanto odian este suplicio, y que dejan pasar los ineptos consejeros del INE que no tienen los tamaños para denunciar este delito a la vista de todos.

Arlet Mólgora mantiene esa ventaja, amenazada por candidatos que cuentan con recursos microscópicos que aprovechan con mayor creatividad y sin la necesidad de tanto asesor y coordinador inútil, como esos que rodean a la desorientada candidata del PRI que repite un guión de campaña tan aburrido.

Por su parte, el candidato independiente Andrés Ruiz Morcillo ha sido beneficiado por un escándalo que lo ha alimentado como la gasolina al fuego, y que le ha aportado puntos de aceptación. Pero difícilmente el ex alcalde capitalino podrá acariciar el triunfo porque se requiere un ejército para movilizar votantes el próximo domingo siete de junio.

Según las encuestas del PAN, su candidato Mahmud Chnaid Novelo es el inmediato perseguidor de Arlet, pese a que su dirigencia estatal le prohibió que haga la más inocente crítica al gobierno del estado, a diferencia de Morcillo que ya tomó la ruta del no retorno.

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