Chetumal, 25 de agosto
Javier Chávez
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La cúpula priista ha generado un falso debate con su pretendida consulta sobre la eliminación de plurinominales a nivel federal. Porque esta de hecho fue una promesa de campaña del Presidente Enrique Peña Nieto, por lo que se impulsa y ya, sin mayor pérdida de tiempo.
Las plurinominales ya no tienen razón de ser, ya que son la vía para que lleguen los mismos de siempre, teniendo incluso el control de sus bancadas para hacer y deshacer. Los nombres están al alcance de la memoria y no tiene caso mencionarlos.
Pero quiero detenerme en el caso Quintana Roo, en cuyo Congreso hay 15 diputados de mayoría relativa y 10 de representación proporcional o plurinominales. Es una proporción que ofende a electores y candidatos, ya que las pluris están casi al tú por tú con las diputaciones ganadas a pulso en las urnas.
Y es así como han llegado al Congreso engendros como Hernán Villatoro Barrios (PT), quien por segunda ocasión disfruta las mieles de la dieta. Qué decir de los pirrurris del Verde Ecologista, una manada de hipócritas que lucran con la defensa del medio ambiente, repitiendo como loros sus rollos en defensa de los animales de circo y de la protección de los manglares.
Y en el colmo de los colmos, hasta el PRI tiene acceso al reparto de plurinominales, proyectadas originalmente para dar acceso a las minorías. Pero el PRI arrasó en los pasados comicios de principios de julio de 2013 y de todos modos llegaron Pedro Flota Alcocer, Cora Amalia Castilla Madrid y Martín de la Cruz Gómez.
Nadie extrañará a estos plurinominales inservibles y costosos si son eliminados del mapa político, aunque me parece justo que disminuyan en un 50 por ciento y que estos nuevos plurinominales sean los mejores segundos lugares en las contiendas electorales.
Así el elector tendrá la última palabra.
