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Dejaría Gaspar Armando la Procuraduría

Chetumal, 9 de marzo
QUEQUI

A pocos meses de las elecciones federales y de iniciar el último tramo de la administración del gobernador, Roberto Borge Angulo, los movimientos en el gabinete gubernamental ya están en plena marcha. Y no paran.

Uno de los primeros -y acaso más importantes- fue el de Juan Pablo Guillermo, ex secretario de Finanzas y Planeación (Sefiplan), quien ya es candidato suplente en el Distrito I, encabezado por José Luis Toledo Medina; el tesorero del gobierno estatal, Alex Marrufo, pasó a finanzas para consolidar su ascendente carrera desde que comenzó al lado de Félix González Canto.

Desde hace varios días está instalado en los corrillos políticos el inminente cambio del procurador de justicia, Gaspar Armando García Torres, hombre de toda la confianza del gobernador, quien habría cumplido ya su ciclo; eficiente ciclo a la luz de sus antecesores. “Es un cargo que sufre mucho desgaste y al parecer, sí se dará el cambio a fin de mes”, confirmó una fuente del primer círculo de Borge Angulo, cuya gestión se ha caracterizado por no dar ni pistas de los cambios: simplemente los determina y los realiza en pocas horas.

 Si bien desde hace varios meses se había especulado desde este espacio este cambio, García Torres se mantuvo fiel a la encomienda en uno de los puestos más complejos de la administración pública. Una responsabilidad que implica un serio desgaste físico, familiar y emocional. El paso de García Torres por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, le permitió imprimirle una dinámica distinta a una responsabilidad que tuvo a Bello Melchor Rodríguez Carrillo y al polémico Francisco Alor Quezada como titulares.

Los pilares de la gestión de García Torres han sido no pocos: el haber llevado a buen puerto la transición del Nuevo Sistema de Justicia Penal, el asumir el estado el rol de persecución de delitos como narcomenudeo y secuestro, antes responsabilidades federales que fueron absorbidas por la Procuraduría Estatal.

Sin lugar a dudas el camino no ha sido un lecho de rosas; el caso del activista, Pedro Canché, en Carrillo Puerto; la muerte del regidor de Othón P. Blanco, Marco Antonio May Molina y las nuevas modalidades de robo de bancos, han sido los escollos más importantes que han pesado sobre las espaldas del procurador.

Sin embargo, la frontalidad y dotes comunicacionales le han allanado el camino para salir airoso cuando ha sido cuestionado. Seguramente, la carrera del licenciado en derecho seguirá en otros espacios: ha sido proyectado para el Tribunal de Justicia del Estado, para un cargo de elección popular y hasta rector de una casa de estudios superiores. Será cuestión de tiempo, la capacidad ya está probada.

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