.
.
.
Novedades Chetumal
.
Los ex dirigentes magisteriales Florentino Balam Xiu y Carlos Gutiérrez García –ambos fueron diputados locales del PRI– se lanzaron de lleno al proceso electoral como suplentes de candidatos plurinominales por partidos diferentes: Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza.
Florentino Balam va como suplente del ex líder nacional del SNTE, Rafael Ochoa Guzmán, quien ocupa la segunda posición en la lista de candidatos plurinominales de esta circunscripción.
Al profesor quintanarroense no le hizo justicia la revolución en el partido fundado por Elba Esther Gordillo, ya que se cansó de rogarle –al estilo José Alfredo Jiménez– y fue desplazado una y otra vez en el Panal, pese a su liderazgo significativo.
Ahora Balam tiene por fin un horizonte en el Movimiento Ciudadano, un partido que ha estado al servicio del PRI en el Congreso del Estado y que ha perdido presencia desde que fue abandonado por Jorge Polanco Zapata y Roberto Erales Jiménez.
Por su parte, Carlos Gutiérrez –ex delegado del ISSSTE– es suplente de Alexander Zetina Aguiluz, candidato número uno de Nueva Alianza en la lista pluri de la tercera circunscripción.
El profesor es un lobo marino, fraguado en el sindicato magisterial y puesto a prueba como diputado de 2002 a 2005, cuando como diputado del PRI formó parte del bloque priista de los “malqueridos”, integrado también por Javier Díaz Carvajal y Javier Cetina González.
Balam y Gutiérrez saben a lo que juegan, ya que dominan estos procesos con los ojos cerrados, y el liderazgo de ambos es indiscutido. Pero ambos van por partidos diferentes y con la obligación de aportar oxígeno a sus respectivos partidos, ya que enfrentan el riesgo de perder el registro.
Y a diferencia del resto de los candidatos plurinominales, estos profesores están metidos de lleno en la campaña, pese a ser candidatos suplentes.
Y hablando del proceso electoral, para muchos candidatos son excesivamente rigurosas las reglas del juego en este proceso, ya que se pretende evitar que los partidos vayan a galope tirando la casa por la ventana y sacando ventaja con los recursos de costumbre y otros que inventan sobre la marcha, pero de paso se evita una competencia sin ataduras, fluida como debe ser por salud pública.
