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El asesinato del regidor

Barbas en remojo
Elías Berzunza
Novedades Chetumal

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Denostado acremente por algunos dirigentes de su propio partido, y varias veces amenazado de muerte por uno de ellos, el regidor del PT Marco Antonio May Molina fue asesinado frente a su casa en la noche del 21 de marzo de 2014. El crimen no presentó indicios de un posible asalto, pero alertó la sospecha de que era producto del pleito que había entre ellos. Como a otros estados, a Quintana Roo le tocó esta vez ser escenario de un crimen partidista.

Marco Antonio había alcanzado la regiduría del municipio othonense en las elecciones locales de 2013, a pesar de la oposición que alentaron en el interior del partido los mismos dirigentes que pretendieron desde un principio excluirlo de las candidaturas; pero se equivocaron, porque el día de las propuestas él se auto propuso como candidato por derecho estatutario. A partir de entonces fue objeto de una serie de hostilidades que no pararían hasta su muerte.

El regidor estuvo en la ciudad de México los días 4, 5 y 6 de febrero y se entrevistó con Alberto Anaya (presidente nacional del PT desde 1988). May Molina había sido acompañado por su asistente Francisco Pedraza Barquet. A pocos días de su regreso a Chetumal me encontré con Marco Antonio detrás del Museo de la Cultura Maya, como otras ocasiones. Intercambiamos opiniones sobre nuestros partidos.

Esta vea tocó de nuevo la confabulación que enfrentó en su campaña, destacó los signos desalentadores que descubrió al entrevistarse con el dirigente nacional y resumió en tres puntos el plan que tenía previsto hacer público semanas adelante: renunciar al PT, declararse regidor independiente y afiliarse a Morena.

Las rivalidades grupales son comunes en los partidos; suelen cambiar de tono y terminar en hechos de sangre. A más de cuatro meses del crimen sólo han sido aprehendidos y encarcelados el supuesto ejecutor y dos cómplices. La presunción de un intelectual detrás del crimen falta por esclarecerla la Procuraduría de Justicia del Estado. En la declaración preparatoria los encarcelados mencionaron entre otros a Hernán Villatoro Barrios, dirigente estatal del PT desde 2005 y diputado local por segunda ocasión.

En el deslinde de responsabilidades, Villatoro destacó en su declaración que el pelito que tenía con el regidor era por diferencias ideológicas. También fue mencionado Mario Rivero Leal, Delegado del PAN y ex regidor, quien al parecer se deslindó sin dificultad.

La delincuencia institucional abarca partidos y tiene el poder de desviar la justicia. Ha habido crímenes políticos que pasaron a la historia quedando impunes. Este asesinato debe esclarecerse con criterio jurídico. Pretender desviar el procedimiento con una negociación política sería una infamia delincuencial.

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