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La desesperada Lizbeth

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La diputada federal chetumaleña, Lizbeth Gamboa Song, no encuentra la manera de llamar la atención y acumular algo de capital político en su obsesivo intento de llegar a la presidencia municipal de la capital en 2016, misión nada fácil ya que no son pocos los peces gordos que tienen la mira puesta en la silla que hoy ocupa Eduardo Espinosa Abuxapqui.

Lizbeth, que en realidad tiene cero carrera política y la diputación plurinominal se le entregó no por capacidad, sino como un pago de facturas a su madre, la ex titular del Poder Judicial Lizbeth Song Encalada, ha recurrido una y otra vez al manual del dinosaurio del PRI, regalando migajas a la población y exhibiendo sus actos como muestra de su generoso corazón para cobrar popularidad.

gamboa4Pero sus esfuerzos resultan a todas luces contraproducentes, como se pudo observar este lunes y martes en su cuenta oficial de Facebook donde presumió haber “regalado” 48 ventiladores de techo para la primaria Fidel Velázquez de Chetumal, la mitad de los que la escuela requiere, además de que dijo ser “el conducto para organizar a los padres de familia que se comprometieron con la otra mitad”.

Lizbeth fue lapidada en los comentarios –cosa a la que ya se está acostumbrando- por los ciudadanos que le piden que no salude con sombrero ajeno, porque sus “apoyos” los compra con dinero del pueblo, y que deje de lucrar políticamente con las necesidades reales de los chetumaleños.

Muy difícil se ve el futuro para la joven legisladora federal que no es bien vista por el grupo político que hoy dirige al PRI, ni por sus propios paisanos, por lo que su sueño de ser alcaldesa de Chetumal son solo castillos en el aire.

Ni como ayudarla. Debería asistir más seguido a las conferencias que dicta su hermano, Iván Gamboa Song, que se auto considera todo un experto en mercadotecnia política pero que sus consejos o no sirven, o Lizbeth nada más no los pone en práctica.

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