Golpe de Mazo
Novedades Chetumal
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En las recientes elecciones donde resultó electo Rafael Zetina Galván como dirigente del Sindicato Único de Choferes de Automóviles de Alquiler (Suchaa) con una ventaja aplastante de más de mil 400 votos, la mano del ex poderoso líder taxista, Rubén Pelayo Kuc, se vio desde el principio moviendo hilos y colocando contactos para mantener su influencia dentro de la organización que dirigió por más de una década.
Rubén Pelayo fue un líder a la vieja usanza: dictatorial y cínico, pero eficiente en el ejercicio del poder y en las relaciones políticas, talentos oscuros que le permitieron perpetuarse en la dirigencia hasta su caída provocada por una rebelión de varios grupos de poder dentro del sindicato de taxistas.
Fueron justamente Rafael Zetina Galván y su polémico antecesor, Eliezer Argüelles Borges, además de la influyente maestra Suly Ortega Carvajal, quienes se colocaron en pie de guerra para derrocar a Pelayo, lo que finalmente ocurrió en diciembre de 2011 cuando en una ríspida asamblea Eliezer Argüelles quedó al frente del sindicato.
Bastaron tan sólo unos cuantos meses para que Argüelles Borges mostrara el cobre, provocando un sinfín de conflictos al interior de la organización que terminaron por hundirlo pues ni siquiera concluyó su periodo de dos años, obligado a renunciar de manera vergonzosa dejando el liderazgo en el “Catrín”, Rafael Zetina, quien asumió el cargo de manera interina.
Pero desde su llegada pactada en la oficina del Secretario de Gobierno, Zetina Galván ha incorporado en su equipo de trabajo a gente muy cercana a Rubén Pelayo Kuc, quien por cierto nunca ha dejado de ser factor en el sindicato taxista.
La mano de Pelayo estuvo más presente que nunca en las elecciones celebradas el fin de semana pasado. Durante los días previos a la elección la oficina del ex dirigente ubicada en la calle Heriberto Frías estuvo efervescente de actividad, con decenas de “operadores” que diseñaron la estrategia a seguir con su asesoría.
Tras la victoria en la asamblea, dichas oficinas donde Pelayo Kuc también abrió un expendio de cervezas y licores se convirtieron en un espacio para celebrar, pero no abierto a todo mundo, sino a algunos cuantos colaboradores cercanos incrustados en la nueva dirigencia.
Incluso en los pasillos de la organización se sabe que Rafael Zetina pactó con Rubén Pelayo y se repartieron el pastel, todo con tal de asegurar su permanencia en el poder.
Pelayo Kuc nunca se fue del todo, pues siempre estuvo influyendo en la política sindical, para bien o para mal, según su propia conveniencia. Ahora está de regreso, recuperando poder a expensas de quienes, en algún momento, exigieron su cabeza hasta salirse con la suya.
