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¿Periodistas o militantes partidistas?

Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal

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Ciertos medios de comunicación en Quintana Roo están inmersos en un lodazal político, presos de sus intereses y compromisos con actores partidistas de distintos colores dejando de lado el ideal de realizar un periodismo crítico, analítico, objetivo y de compromiso social.

Es verdaderamente grave lo que ocurre en nuestro estado donde, de manera general, los periodistas asumen banderas de grupos políticos de uno u otro partido, dejando de lado la ética profesional, y en muchos casos hasta su propia dignidad .

La UNESCO publicó en 1983 un Código Internacional de Ética Periodística en el que en nueve puntos señala las directrices, principios y compromisos que deben seguir los comunicadores. Destacan los primeros tres: 1) El derecho del pueblo a una información verídica; 2) Adhesión del periodista a la realidad objetiva; y 3) La información es un bien social, y el periodista comparte la responsabilidad de la información.

La mayoría de los medios de comunicación –periódicos, radio, televisión y sitios de Internet- locales constantemente pisotean estos principios deformando la realidad, reportando verdades a medias o incluso mentiras descaradas a la sociedad con el propósito de beneficiar o perjudicar a alguien.

Un alto número de periodistas, lejos de hacer respetar su profesión entendiendo que su labor es muy importante para mantener el equilibrio entre gobernantes y la sociedad, venden su alma y su pluma para obtener beneficios económicos.

Pero como toda verdad sale a la luz tarde o temprano, la contaminación que ha convertido al periodismo quintanarroense en un mutante indeseable y purulento ya empezó a destaparse, y no es agradable. La infección de la corrupción y los malos manejos está tan extendida que la pus sale por todos lados.

Tan notoria es la falta de ética profesional en algunos periodistas que presumen incluso en redes sociales su pertenencia a un grupo político o a una ideología partidista, sacrificando su propia credibilidad.

De acuerdo con  el jurista Carlos Conde Calle, especializado en derecho a la información, “es una terrible falta de ética que un periodista se dedique todos los días a mostrar solo las fortalezas del gobierno y no mostrar sus debilidades, o que el periodista deliberadamente favorezca a los partidos de oposición y que le endilgue todos los males al gobierno”.

Y es que es claro, la política seduce, pero aquellos periodistas que han decidido convertirse en “actores políticos” y servir como mercenarios a uno o a otro bando hipotecan de por vida su credibilidad y su opinión pierde peso en la sociedad, ya que los únicos que aceptarán como verdadera su información son los miembros del partido al que sirven, nadie más.

Necesitamos más periodistas, y menos militantes.

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