Nunca había visto un caso parecido.
Les cuento.
La Canaco Chetumal convocó a una conferencia de prensa con Amir Carrillo en calidad de anfitrión y con la asistencia de Karla Almazán López, titular de la Secretaría de Desarrollo, así como del titular de la Profeco, Israel Francisco Malacón.
Todo parecía salir a pedir de boca, todo parecía bien “planchadito” para anunciar los pormenores del “BUEN FIN”, hasta que los comunicadores rodearon al titular de la Profeco apenas llegó e intentaron entrevistarlo.
El tipo cometió un error de principiante al querer escabullir el bulto ante las preguntas que parecían más bien ganchos al hígado para un nóvel boxeador de 4 rounds al que de pronto lanzaron como estelarista.
Los cuestionamientos no eran nada de otro mundo. Cualquier servidor público medianamente abusado las hubiese sorteado con la sonrisa en los labios.
Pero ese cristiano, al parecer, no llegó de buen talante al compromiso. Algo traía atorado y, duchos para esas cosas, los reporteros le cayeron en la maroma con el interrogatorio que no asimiló tan bien que digamos.
Ante la vapuleada al bisoño delegado federal, la titular de la SEDE quizo salir al quite pidiendo de no tan buenas formas que detuvieran las transmisiones en vivo y, claro, faltaba más, también le tocó parte de la “jabonada”.
El horno no estaba para bollos. Los reporteros quedaron “enchilados” y no se guardaron nada en las alforjas.
Entre otras cosas, se escucharon gritos de ¡fuera, fuera!, ante la evidente incomodidad del delegado de la PROFECO que cada vez hundía más el trasero en el asiento.
En fin.
Mal por esos funcionarios que sienten que le hacen un favor a los chicos de la prensa al responderle a sus preguntas.
