Chetumal, 1 de julio
El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2012, el último presentado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, posicionó a Quintana Roo como una de las Entidades con peores cárceles en México, colocado en la posición número 26 de las 32 existentes incluidas en el estudio presentado el año pasado.
Tanto el Centro de Reinserción Social en Cancún, así como el Centro de Readaptación Social de Chetumal, alcanzaron una calificación roja por debajo de los estándares adecuados, ya que obtuvieron un 4.72 y 4.78, respectivamente, en la evaluación general realizada por el organismo.
De los 5 aspectos incluidos para el análisis general, ambos penales obtuvieron números negativos, con excepción del marcado como “Grupo de internos con requerimientos específicos” en la cárcel de Cancún, el cual obtuvo una calificación de 6.16, pero igual siendo un número cercano a lo inestable.
Y es que a diferencia del punto anteriormente mencionado, y sólo aplicándose en Cancún, los otros cuatro términos evaluados que son Condiciones de gobernabilidad; Aspectos que garantizan la integridad física y moral del interno; Aspectos que garantizan una estancia digna y, Reinserción social del interno; todos estos obtuvieron una calificación deficiente tanto en Cancún como en Chetumal.
Chetumal también padece problemas semejantes al de Cancún, aunque por su tamaño la sobrepoblación no es tan intensa o notoria como en la cárcel del norte del Estado, pues tiene capacidad para mil 190 internos, los cuales no ha sobrepasado mucho.
Sin embargo, las muestras de la corrupción de sus directivos y la colusión con los criminales que controlan el penal fueron bastante notorias en el tiempo que Carlos Bibiano Villa Castillo fue Secretario de Seguridad Pública.
Cereso de Chetumal, evidenciado el narcotráfico
Como se recordará, en el caso del penal capitalino, el 2 de julio de 2011, un narcotraficante preso identificado como Juan Ramírez Tijerina intentó escapar oculto en una maleta que tiraba su pareja sentimental, María del Mar Arjona Rivero, lo que derivó en la destitución inmediata del General Retirado Eulalio Rodríguez Valdivia, apenas a dos meses de ocupar el cargo de director de ese centro penitenciario.
Así fue como el 11 de julio de 2011, el Capitán Segundo de Infantería Retirado Jorge Alejandro Alvarado Tamayo, asumió esa dirección, y al poco tiempo, familiares de los internos denunciaron que este funcionario solapaba el cobro de cuotas por protección que realizaba la comitiva a los internos, además de la venta de estupefacientes, venta de bebidas embriagantes, entre otras cosas.
En esas condiciones fue que el 30 de octubre del 2012, los custodios de la prisión permitieron a la comitiva de autogobierno que molieran a golpes al recluso Ríder Martínez Pech, que apenas unas horas antes había ingresado, y el director del penal permitió que estuviera malherido en su celda alrededor de 10 horas, hasta que los familiares pidieron que se le diera asistencia médica, ya tardía, por lo que el reo murió, sin que el directivo tuviera sanción alguna.
Asimismo, durante la gestión del militar retirado al frente del penal se planearon secuestros y extorsiones desde el Cereso, como fue el caso del secuestro y ejecución del vendedor de autos José Carlos Can Puc, ocurrida a principios del 2013 en la ciudad de Bacalar.
Este crimen fue ordenado desde las instalaciones de la cárcel estatal vía telefónica, por un delincuente de nombre Marco Antonio Alejo Soto, que está preso desde agosto del 2012 por su presunta responsabilidad en otro secuestro, el de Abraham Humberto Rivas Peña.
El caso más reciente de colusión de la directiva con los criminales del autogobierno es el del reo identificado como Eliseo Cimé Cherres, quien el 7 de noviembre del 2013 fue llevado de emergencia al Hospital General al presentar una herida penetrante en la región abdominal del costado izquierdo.
Sin embargo, lo más escandaloso fue el hallazgo de 40 kilos de marihuana en dos decomisos realizados con dos semanas de diferencia, uno el 1 de diciembre y otro el 15, lo que primero derivó en una riña de reos y el cambio de mando de la comitiva de autogobierno de reos, haciendo a un lado a Carlos Hernández Ramón, quien fue reemplazado por Heriberto Campos Martínez alias “El Diablo”, con lo que se confirmó la entrega del penal a “Los Pelones”, cuyo jefe, Carlos Cabañas Catzín, está preso allí.
La droga que se localizó el primero de diciembre, al parecer ingresó entre las torres 2 y 4, y los dos paquetes que fueron localizados el domingo 15 supuestamente ingresaron por la torre uno, por lo que era evidente la complicidad del alcaide Jorge Alvarado Tamayo, policías estatales, custodios y celadores, quienes para permitir esta introducción de drogas relajaban la vigilancia en ciertas horas de la noche.
Heriberto Campos Martínez alias “El Diablo” quedó como nuevo cabecilla de la comitiva de autogobierno de reos, y uno de los escoltas de Villa Castillo presos por homicidio, Eduardo Sánchez Hernández, quedó como encargado de cobrar cuotas en el área conyugal, siendo su primera acción el incremento de 20 a 40 pesos, causando la informidad de los reclusos.
En tanto, Jorge Alvarado Tamayo fue suspendido a mediados de diciembre de 2013 y hasta finales de enero fue cesado, por la introducción de los 40 kilos de marihuana; y el 3 de febrero pasado fue nombrado el nuevo alcaide, el Teniente Coronel de Infantería Retirado Joel Flores Cardoso.
Luego, el 29 de marzo pasado, aproximadamente 300 reos se amotinaron debido a una de tantas torpezas del entonces titular de Seguridad Pública, Carlos Bibiano Villa Castillo, quien realizó una revisión en el penal en horario de visita familiar.
Villa Castillo dijo que recibió el reporte de que el cabecilla del autogobierno de reos, Heriberto Campos Martínez alias “El Diablo”, tenía en su poder un kilo de marihuana, pero al final no encontraron nada, pero sí trastornaron el momento de visitas de los reclusos, quienes estallaron en enojo contra las autoridades carcelarias en un motín que duró tres horas para ser controlado.
En el motín los reos descargaron su furia contra las autoridades de Seguridad Pública, pues golpearon al director del Centro de Reinserción Social de Chetumal, Joel Flores Cardozo, que acompañó a Carlos Bibiano Villa Castillo durante la revisión para localizar la supuesta droga, pues sufrió dos heridas en el cráneo; y de igual forma a Eduardo Sánchez Hernández, exescolta del General Villa, quien terminó policontundido tras recibir brutal golpiza por parte de los inconformes, pues lo señalaron como un “soplón”, ya que presumen que es quien pasa información al secretario de Seguridad Pública.
Ceden autoridades ante delincuentes
La cesión del control de las cárceles a los autogobiernos se ha manifestado en esas fallas de gobernabilidad, que se traducen en deficiencias en el ejercicio de las funciones de autoridad por parte de los servidores públicos del Centro, pues los reos controlan en seguridad, actividades productivas, educativas y deportivas, y hasta del servicio de alimentación, limpieza y mantenimiento, del acceso de las visitas y del uso de los teléfonos, todo esto señalado por la CNDH.
Asimismo, quedó plasmado que existen áreas de privilegios; objetos, sustancias prohibidas, así como internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población, así como presencia de cobros de parte de los internos para asignación de estancia y plancha para dormir, mantenimiento de los dormitorios, alimentos, uso de teléfono, visitas, acceso a las actividades laborales, deportivas y educativas, así como para no realizar labores de limpieza y no cumplir una sanción administrativa.
Con respecto al apartado de “Aspectos que garantizan una estancia digna”, se detectaron deficiencias relacionadas con la existencia y capacidad de las instalaciones para el funcionamiento del Centro en el área varonil y femenil; deficiencias en las condiciones materiales e higiene de las instalaciones para alojar a los internos; y también deficiencias en el consumo, cantidad y calidad de los alimentos e inexistencia de dietas especiales.
Por todo lo anterior, era de esperarse que en el punto de la “Reinserción social del interno”, no se tenga una buena calificación, pues resaltan la falta de orden y debida separación entre internos, así como la deficiencia en el fomento de actividades culturales, deportivas y educativas que sirvan para un acomodo de los internos para corregirse ante la sociedad.
Fuente: Por Esto