Chetumal, 20 de octubre
Javier Chávez
Diputados federales como los priistas chetumaleños Raymundo King de la Rosa y Lizbeth Gamboa Song, ¿acaso no tienen actividades trascendentes en la Cámara de Diputados? Lo pregunto porque el primero rindió su informe el pasado viernes en Chetumal, mientras la segunda voló en jet acompañando al coordinador de su bancada, Manlio Fabio Beltrones, quien de Chetumal viajó a Mérida para presenciar el informe del diputado federal Mauricio Sahuí Rivero, quien también se promueve como loco en espectaculares.
La república está que arde, y estos diputados en fuera de lugar pierden el tiempo en cuestiones huecas de lucimiento personal, aplaudidas por muchos chetumaleños que se van con la finta o que tienen vocación de focas, ya que tienen el agua (u otro líquido pestilente) hasta el cuello y siguen aplaudiendo como autómatas.
A muchos se les olvidó que Raymundo y Lizbeth traicionaron a Quintana Roo al aprobar la homologación del IVA en estados fronterizos, donde pasó del 11 al 16 por ciento.
Raymundo King se anuncia en espectaculares como si hubiese logrado la máxima proeza imaginable, al igual que José Luis Toledo Medina (Presidente de la Gran Comisión del Congreso), quien contrató 150 espectaculares tan sólo en Cancún.
Lamentablemente muchos quintanarroenses tan sólo saben desahogarse en redes sociales, ya que muchos de ellos ni siquiera acuden a votar.
El comportamiento de estos diputados federales chetumaleños es solapado por una población borreguil que todo lo permite, todo lo perdona y todo lo olvida.
Toda la culpa es nuestra, porque todo lo aceptamos como dócil servidumbre.