Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Nuestro hato ganadero de diputados locales fue demasiado lejos al acabar con la plazoleta del Congreso en la capital –único espacio digno y funcional de nuestro Poder Legislativo– y construir una cafetería selecta para su disfrute personal, desplazando para este fin tan frívolo el asta bandera y la estatua a Don Andrés Quintana Roo.
Aunque todos los diputados tienen parte de culpa, dos mujeres de Morena son responsables para la historia: Jissel Castro Marcial –presidente provisional de la Junta de Gobierno y Coordinación Política– y Lirio Calderón González, momentánea Secretaria General por decisión de Cristina Torres Gómez, Secretaria de Gobierno.
Ambas ocupan las posiciones desalojadas por el diputado morenista Humberto Aldana Navarro –candidato a diputado federal por el tercer distrito de Cancún– y Euterpe Gutiérrez Valasis, candidata de Morena a diputada plurinominal.
El proyecto de la cafetería VIP ha indignado a muchos chetumaleños que desbordan su coraje en redes sociales, mientras las figuras políticas de oposición pasan de largo por cobardía o precaución, fieles a su hábito de esconderse bajo las piedras en situaciones críticas.
La plazoleta del Congreso es un enorme espacio abierto con vista a la bahía de Chetumal a la altura de Punta Estrella, en el Boulevard. Es un sitio con historia que según la mentalidad parásita de los diputados contiene dos piezas desechables que están embodegando: el asta bandera y la estatua a Don Andrés Quintana Roo, quizá un desconocido para muchos “legisladores” de casa.
Al diputado chetumaleño de Convergencia, Manuel Valencia Cardín –presidente de la Gran Comisión del Congreso–, le propusieron techar todo el estacionamiento para hacer unas oficinas más amplias y de super lujo para los cinco integrantes de la Gran Comisión, pero paró en seco la propuesta.
Pero ahora con Morena al mando hay tomado una decisión vergonzosa, porque pretenden acabar con una plazoleta que pertenece a todos los quintanarroenses para instalar una cafetería exclusiva.
Al menos aquí los de Morena no se equivocan, porque no son iguales a los priistas que en su momento sí respetaron estos espacios del pueblo. Pero hay de diputados a diputadillos.