Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Es bueno que la gobernadora Mara Lezama con sentido práctico eche la mano a familias chetumaleñas damnificadas por las intensas lluvias que inundaron sus viviendas desde la noche del pasado viernes, cuando a todos sorprendió la tormenta. Las humildes familias repondrán enseres domésticos cuya compra fue hecha con enorme sacrificio y pagos interminables en Coppel y Elektra: refrigeradores, estufas, colchones y comedores.
Ayer la gobernadora morenista anunció la reasignación de 37 millones de pesos de fondos estatales y se incluye un apoyo financiero y asesoría a pequeños comerciantes que no son sujetos de crédito para que reactiven sus negocios, familiares en su gran mayoría. Los apoyos van de los 10 mil a los 20 mil pesos.
Mara Lezama precisó que son 22 colonias las más afectadas –como Las Casitas, Proterritorio, Adolfo López Mateos y Caribe– y en ellas hay 889 familias, cifra que podrá aumentar con el avance del censo. Pero lo importante es que Mara se desplazó entre las aguas estancadas, hablando de tú a tú con los chetumaleños para sentir su desamparo y tenderles la mano como se espera de su gobernadora, independientemente de los colores partidistas.
Hasta ahí el vaso medio lleno, porque el vaso medio vacío obliga a revisar el desempeño de todo su equipo de colaboradores y aquí sobresalieron dos mujeres: Cristina Torres Gómez (Secretaria de Gobierno) e Irazú Sarabia May, titular de Obras Públicas. Muchos permanecieron ocultos o “nadando de a muertito”, valga la expresión.
Cada alto funcionario tiene que estar preparado para las exigencias del cargo y debe salir a la intemperie tan pronto pase la tormenta eléctrica, como hizo nuestra alcaldesa capitalina Yensunni Martínez Hernández con sus tenis blancos que fueron blanco del sarcasmo, olvidando la revisión de sus urgentes y obligadas acciones, porque ningún político nos hace un favor al hacer su trabajo.
La inundación de nuestra capital debe obligar a dos mandos a reunirse de inmediato para revisar el estado funcional o deficiente de nuestras redes de drenaje pluvial, como el de la Charca que desemboca en la bahía –cruzando la avenida Othón P. Blanco– y una enorme zanja a cielo abierto contemplable en el Boulevard Bahía, avanzando hacia Calderitas.
La alcaldesa Yensunni Martínez se tiene que reunir de inmediato con el titular de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), Alberto Covarrubias Cortés, para revisar con planos y fotografías aéreas actualizadas las condiciones de esta red de drenaje pluvial y de pozos de absorción, porque lo ocurrido el pasado viernes fue un golpe bajo en esta temporada de huracanes que está en pañales.