Novedades Chetumal
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El secretario de Educación y Cultura, José Alberto Alonso Ovando, debe dar un manotazo fulminante para evitar que los maestros de Tulum se sigan burlando impunemente de los alumnos y padres de familia y de la secretaría que encabeza. Porque pedir la intervención del líder de la Sección 25 del SNTE, Rafael González Sabido, equivale a arrimarse a un árbol de navidad condenado a la basura.
A petición de la cúpula sindical del magisterio quintanarroense, la semana pasada se tomó la decisión de otorgar el 16 y 17 de febrero como día de asueto por las fiestas de carnaval en nueve de los 10 municipios, con excepción de Tulum, donde los docentes tomarían el 23 y 24 de febrero.
A cambio de ello, los docentes repondrían esos dos días antes de la conclusión del actual ciclo escolar 2014-2015, con el propósito de no afectar los 200 días de labores contemplados en el calendario escolar de la Secretaría de Educación Pública.
Pero los maestros irresponsables de Tulum se tomaron el 16 y 17 de febrero para descansar, dejando con un palmo de narices a los padres de familia, quienes exigen la intervención de la SEyC para que los docentes cumplan con su obligación laboral.
Porque es muy probable que estos mismos maestros desobligados se tomen también los días 23 y 24, violando las disposiciones oficiales firmadas por los dirigentes del SNTE, SITEQROO y SITEM con la Secretaría de Educación y Cultura.
González Sabido fue el “dirigente” que más énfasis puso para que se aprobara el ajuste al calendario escolar, pero no tendrá esa misma enjundia para llamarles la atención a los docentes de Tulum que lanzaron al bote de basura una disposición consensuada.
La indignación de los padres de familia es más que justificada, porque no es la primera vez que los maestros hacen de las suyas, afectando a miles de estudiantes.
Mucho cuidado deberá tener la autoridad educativa para evitar que falten a clases nuevamente. Si incumplen su obligación de dar clases los días 23 y 24 de febrero, deberán ser sancionados con el justo descuento de dos días de sueldo. Y no hay negociación que valga a estas alturas.
Porque los malos ejemplos ya no deben ser solapados. La pelota está en la cancha de José Alberto Alonso Ovando.