Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Un video relámpago capta al chetumaleño Manuel Bermúdez Montufar –subsecretario de Licitaciones y Control Documental de la Secretaría estatal de Obras Públicas– pateando con tres compañeros de parranda a un hombre acurrucado en el suelo, a quien sus compañeros intentan defender. La viralizada golpiza ocurrió en la zona frontal del popular antro Ágora que se ubica en el Boulevard Bahía, a unos pasos del Faro.
El funcionario lanza patadas como en las películas del Santo y la antigua serie de Batman, porque no se detecta la intención de masacrar, quizá por falta de instinto; pero al rollizo hombre sometido le balconean el color de su ropa interior y casi le bajan por completo el pantalón de mezclilla. Sentadas, dos damas con ajustado vestido negro intentan calmar a los gladiadores arrastrados por el frenesí.
La repercusión política era inevitable, porque Manuel Bermúdez forma parte del equipo de la chetumaleña Irazú Sarabia May, titular de Obras Públicas. Por ello de inmediato la Secretaría de la Contraloría Estatal (SECOES) anunció que el pateador designado fue separado de sus funciones, para ser sometido a proceso administrativo. Uyyy, qué miedo.
Si Manuel Bermúdez y sus amigos agresores estaban embrutecidos por el alcohol o algo más, eso ellos lo saben, como la causa del zipizape. Lo cierto es que en estos tiempos los videos oportunos son dardos envenenados que en minutos llegan a grupos de Facebook y WhatsApp, demoliendo prestigios.
Lo hecho por este funcionario no es una travesura intrascendente, porque se lleva entre las patas al capitalino que a duras penas permanece en posiciones de la alta burocracia. Y cuando los del norte hablen de este episodio dirán hasta el cansancio: “miren al chetumaleño equis”.
Los políticos y funcionarios chetumaleños tienen que contemplar la tempestad y arrodillarse, porque enfrentan tiempos adversos que deben obligarlos a la prudencia, ya que están en decadencia y pueden estar mucho peor si siguen sin aplicarse en sus posiciones, a bordo de la casi invencible Cuarta Transformación.