Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Tener a un familiar en condición de desaparecido equivale a ser alcanzado por los rayos del infierno en la tierra, porque la incertidumbre mordisquea noche y día. Temes por momentos lo peor y mantienes viva la temblorosa llama de la esperanza al acostarte, reconfortado por las oraciones e imágenes religiosas.
Ignorar el paradero de tu padre, madre, hija, nieta o sobrino es una tortura sin más tregua que las irregulares horas del sueño que reclama su espacio, en el letargo del mediodía o en las silenciosas madrugadas. Pero despiertas y se reactiva la pesadilla de la vida real.
Como muchos, he estado muy atento a las frecuentes publicaciones de la chetumaleña Norma Ucan Dzib, quien perseverante comparte la imagen de búsqueda de su esposo Tiburcio Bastian Hernández, desaparecido el 13 de enero de 2020 en el municipio de Bacalar cuando estaba por retornar a la capital, donde tiene su hogar.
Con sus hijos ella sigue esperando la milagrosa aparición del esposo, quien forma parte de la creciente lista de mujeres y hombres desaparecidos en Quintana Roo. Entre ellos tenemos a la niña Fernanda Cayetana Canul Blanco, desaparecida el 21 de julio de 2022 en la zona continental de Isla Mujeres, muy cerca de Cancún.
A quienes llegamos a vivir a Chetumal a fines de la década de los 80 nos sorprende el acelerado e irreversible avance de la inseguridad, Podemos torear la pobreza o un bache, pero cuando los malvados te arrebatan a un familiar te hunden en un pozo de agua helada, sufriendo en equipo con tus hijos, padres y abuelos.
Me dicen que María López Urbina sigue como titular de la Comisión de Búsqueda de Personas de Quintana Roo; de seguir ella al frente, tiene que aplicarse al máximo y estar muy cerca de las familias que se niegan a agotar sus reservas de esperanza, dejando vacío en la mesa el espacio predilecto del padre o madre.
Ponerse realmente en las chancletas y zapatos de quienes no han localizado a sus seres queridos es obligación vital de quienes encabezan Comisiones de Búsqueda, como la doña María López Urbina. Pero quizá la dama lo esté haciendo y su bajísimo perfil sea intencional, ya que realmente cuenta su contacto personal con estas familias castigadas minuto a minuto.
También preocupa la desaparición de la Fiscalía General de la República, cuyo delegado o representante se conforma con recibir su jugosa quincena sin dar golpe en Cancún. Aquí estamos ante un peligroso abandono de tareas, porque el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado a los estados el exigente tema de la procuración de justicia.