Golpe de Mazo
Novedades Chetumal
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El reparto de más de cien mil teléfonos celulares “inteligentes” de la cúpula del SNTE a representantes escolares ha llamado la atención de propios y extraños, ya que la entrega de estos aparatitos se agilizó en algunos estados justamente en medio de un proceso electoral en el que participan con los pronósticos en contra.
No son pocos los que han visto con malos ojos esta maniobra del líder nacional del sindicato, Juan Díaz de la Torre, pues a pesar de que insiste junto con los dirigentes seccionales que se trata de un programa para crear una red de comunicación directa entre los representantes sindicales en cada centro de trabajo y las dirigencias local y nacional, hiede a una estrategia electorera en apoyo al Partido Nueva Alianza (Panal).
El Panal ha sufrido un severo debilitamiento desde la caída de la presidenta vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, y el alud de protestas magisteriales que terminaron por alejar a los profesores de su sindicato y a dar la espalda al Panal, que se nutre de la estructura del organismo magisterial.
Las cuantiosas cuotas sindicales y los millonarios recursos que aún recibe el SNTE le permitieron lanzar una inversión de la cual no se ha informado un monto total, pero algunos expertos estiman un gasto superior a los 500 millones de pesos por los ciento diez mil “smartphones” regalados.
Con el programa “QBO Cel”, como se denominó a esta red de telefonía interna, se facilita la comunicación con las bases del gremio, pero muchos mal pensados creen con mucha razón que esta red no tiene la finalidad de mejorar la atención al magisterio, sino más bien de movilizar la estructura a favor del partido turquesa en las próximas elecciones.
El SNTE y el Panal estarían incurriendo en un delito electoral, ya que en las leyes vigentes se establece con toda claridad que ningún partido político debe recibir financiamiento monetario de los sindicatos por el principio de equidad en la contienda.
Esto nada importó a Juan Díaz de la Torre y sus títeres en las secciones estatales, incluido Rafael González Sabido en Quintana Roo, quienes usaron –como se acostumbra a esos niveles– una triquiñuela disfrazada de programa sindical con el doble propósito de comprar conciencias y tender una red operativa en las vísperas de la jornada electoral.
La misión es salvar al partido a como dé lugar, porque el Panal se juega la vida en las urnas el próximo siete de junio, como otros partidos pequeños.