CAFÉ DE ALTURA
Javier Chávez Ataxca
Es un duro golpe en la espalda de Cancún intentar vender o rematar su costoso predio de Playa Marlín ubicado en el kilómetro 13 de la zona hotelera, como pretende la presidenta municipal exverde Ana Patricia Peralta de la Peña.
La dama podrá colocar cien argumentos en su escritorio, pero ninguno justifica deshacerse del terreno donado hace 30 años por Fonatur al Ayuntamiento, para ser aprovechado por el DIF municipal.
Veo moderadas y enérgicas reacciones de los cancunenses, quienes en altísimo porcentaje rechazan esta abusiva intención de vender un costoso bien del municipio norteño. Algunos regidores le han dicho no a su patrona —incluso los de Morena—, pero la amenaza está latente.
Cancún no está en la condición lastimera de su vecino Lázaro Cárdenas, para andar sufriendo con la morralla. Su jugoso presupuesto le permite atender toda la demanda de obra social sin necesidad de andar rematando la cama del niño.
Ana Paty quiere seguir los pasos del exgobernador priista Roberto Borge, quien en la recta final de su mandato vendió el valioso terreno de las Villas Juveniles del CREA, ubicadas en el kilómetro 3.5 de la zona hotelera de Cancún.
La orden de vender el predio de Playa Marlín se la pudo dar a la alcaldesa “El Niño” Verde Jorge Emilio González Martínez, sin que le importe demoler su gran sueño: ser candidata de la 4T a la gubernatura.
