CAFÉ DE ALTURA
Javier Chávez Ataxca
A menudo insoportable para nuestros políticos, la libertad de expresión es saludable para las mayorías, lo comprendan o no. Y en estos tiempos no sólo los periodistas estamos bajo amenaza, sino todo mexicano o mexicana que se atreva a lanzar una crítica o un sarcasmo en las redes, como ocurrió con Dato Protegido.
Lo digo porque he sido incluido en un racimo de acusados por la regidora de Movimiento Ciudadano en el municipio maya de José María Morelos, Engel Evaney Rhaburn Cauich, quien promueve un Procedimiento Especial Sancionador en materia de Violencia Política Contra las Mujeres en Razón de Género, atendido velozmente por el Instituto Electoral de Quintana Roo.
Este procedimiento tiene como presa mayor al excandidato naranja a la alcaldía, Francisco Puc Cen, “El Xiximac” (imagen derecha), a quien el presidente municipal morenista Erick Borges Yam (imagen izquierda) no quiere aceptar como regidor, aunque la justicia federal le haya otorgado el amparo que por fin permite a Xiximac formar parte del Cabildo controlado por “El Rebelde”.
Al calor de esta disputa política emerge la grave acusación de la regidora suplente contra Xiximac, incluyéndome en el paquete como si se tratara de algo intrascendente. Lo inaceptable es que hasta este lunes el IEQROO no se ha tomado la molestia de mostrarme la acusación concreta, sea una columna, un comentario en redes o en una mesa de café, porque algo indebido pude decir y ya cuentan con el video incriminatorio.
Hay que revisar los alcances de la acusación de Violencia Política Contra las Mujeres, porque al hombre lo deja indefenso, como res en el rastro municipal a merced del matarife. En mi caso en particular, es preocupante que sea incluido en una acusación sin saber de qué trata el asunto, como ocurría en la sepultada URSS.
Supongo que aún sigue intacto el recurso legal a mi favor para pulverizar esta errónea acusación y que alguien me ofrezca disculpas aunque sea con una llamada, porque de manera irresponsable incluyen a uno en este tipo de expedientes políticos.
Mañana a uno lo pueden criminalizar con una mano en la cintura, llamándolo violador o secuestrador con el visto bueno de las autoridades. Y lo más inaceptable es que hoy el golpe sea lanzado por una mujer, en este caso la regidora naranja Engel Evaney Rhaburn Cauich.
Agradezco la invaluable solidaridad de hombres y mujeres periodistas, políticos y muchos amigos. Y aclaro: no me estoy victimizando, pero hay que enfrentar este tipo de amenazas porque ya las han cumplido en varios estados, incluido el vecino Campeche.






