Chetumal, 6 de enero
(laopinionqr)
La gobernadora Mara Lezama nombró a Luis Gamero Barranco como subsecretario de la Secretaria de Gobierno del estado, una decisión que generó polémica y mucho ruido dentro del Gobierno y la 4T.
Para que Gamero llegue a ese cargo, Mara primero gestionó una reunión entre el hoy funcionario y la alcaldesa de Othon P. Blanco, Yensunni Martínez, para limar las antiguas asperezas entre ambos.
Ellos tienen una pésima relación. De hecho, Gamero perdió la candidatura como alcalde de OPB en 2021, por una denuncia de violencia política de género en su contra que presentó Yensunni.
Al final, en un fallo vergonzoso (no había ninguna prueba contra Gamero) la Sala Xalapa le dio la razón a Yensunni, le quitó la candidatura a Gamero, y se la dio a la denunciante.
Desde ese momento, la relación entre ellos, que era difícil, fue nula.
Gamero se quedó con una sentencia firme por violencia política de género contra Yensunni, que le impide ser candidato hasta 2027, pero puede ser funcionario.
Por eso, este jueves Mara los sentó a ambos, y les pidió que bajen la conflictividad. Allí, le anunció a Yensunni su idea de que Gamero sea subsecretario.
Yensunni aceptó la propuesta y un acuerdo de paz con Gamero (en este momento, no hay cómo decirle que no a Mara) pero la verdad es que no quedó nada contenta.
LAS DUDAS DE CRIS
La llegada de Gamero a la Secretaría de Gobierno también hizo ruido con la titular del área, Cristina Torres.
La ex alcaldesa de Solidaridad duda cada día más de la verdadera intención que hay de mantenerla en el cargo. O al menos, darle el poder y el respaldo que requiere para realizarlo con todo.
Hace algunas semanas, le quisieron recortar funciones desde la Consejería Jurídica del Poder Ejecutivo. O sea, desde la Oficina de Mara.
Y ahora, le anunciaron casi sin previo aviso que uno de sus operadores será Luis Gamero.
Cristina estaba creando a su grupo de operadores con ex diputados, como Edgar Gasca y Ericka Castillo. Pero ahora le imponen actores políticos con quienes no tiene cercanía.
La realidad es que Cristina ve que ya son varios los que aspiran a llegar a su cargo (principalmente, por supuesto, el Partido Verde, que quiere aún más poder en el marismo) y empieza a sentir falta de apoyo desde el Palacio de Gobierno.
La llegada a su Secretaría de Gamero, que también tiene una fuerte vinculación con la senadora Marybel Villegas, es otra señal de inquietud en el Gobierno.