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Claudia en su laberinto

-La soledad es capaz de crear dioses o bestias: Aristóteles

Por Javier Venegas

Nunca como ahora un presidente (a) había tenido toda la fuerza, el congreso, los organismos “ciudadanos”, los gobiernos de la mayoría de los Estados de la Federación; no obstante, la mandataria Claudia Sheinbaum está más sola que nunca antes estuvo presidente alguno.

La dejaron sola cuando el Zócalo que ya no tenía razón de ser. El disimulo, soslayo y esquivo acto de indiferencia hacia la mandataria, -accidental o no- evidenció la contrariedad de algunos de los protagonistas con la mandataria.

La dejaron sola con el escándalo siniestro del “rancho de exterminio”; solo un osado y como siempre mentecato, Fernández Noroña, en una flaca defensa que mejor hubiera sido omitiera por hiriente, ofensiva y por supuesto contraproducente para la presidenta.

La dejaron sola con este infeliz desacierto de la malograda reforma a la Ley del ISSSTE, que seguramente le fue encargada al aburrido Martí Batres -chile de todos los moles-, al cual karma a cuestas debió salir ante los medios a decir que la presidenta retiraba la iniciativa luego de varias semanas de un indiscutible movimiento sindical de las bases que superaron a sus líderes orgánicos y abanderaron el rechazo a una iniciativa que sojuzga derechos ya ganados con anterioridad.

¿Dónde están cuando se les necesita los colmilludos Monreal y Adán Augusto?

-Fernández Noroña, mejor que ni le ayude-. La novata presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, ni en el soslayo del Zócalo fue consignada por la prensa; qué decir de la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez, que más actúa como un ama de llaves que como la responsable de la política interna del País.

Parece que Claudia solo cuenta con un secretario: Omar García Harfuch, que si bien es cierto la inseguridad es la herencia maldita que le dejó AMLO, tanto la presión de Trump, como la explosividad de nuestro propio país obliga a priorizar en ese rubro. Pero eso no es todo; claro, la seguridad es un clamor generalizado de todos los sectores productivos de México, pero la salud y los medicamentos; las pensiones, la vivienda y otros asuntos más son pasivos heredados de la anterior administración.

Considero que es el momento en que la mandataria debe dar un golpe en la mesa y decirles a todo su gabinete, “sus” diputados y senadores; los miembros afines del Poder Judicial y a gobernadores y gobernadoras cobijadas por Morena: “Si no están conmigo, está contra mi…” “Quién se queda…?”

Por cierto, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, ¿para donde jalará…?

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