Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
Expulsado del paraíso de Palacio de Gobierno en 2016 por una sistemática maniobra suicida de Roberto Borge Angulo, último gobernador priista que infló como globo de helio a Carlos Joaquín González, ahora el PRI recibe su última llamada en la gran guerra electoral de 2024, haciendo equipo con los dos partidos que abrigaron a Carlos Joaquín para conquistar la gubernatura con el respaldo de tantos chetumaleños que echan pestes del hermano del exgobernador priista Pedro Joaquín Coldwell.
Por su composición genética el PRI es un galgo que busca cobijo en quien sea el amo de la casa señorial, aunque por décadas mandó y mangoneó a su oposición, manteniéndola a raya. En el capítulo Quintana Roo, ganando en las urnas su reinado abarcó de 1975 a 2016, pero con Carlos Joaquín prefirió cuadrarse y cooperar, sin atreverse a vestir el traje de oposición que dejó sin estrenar.
Carlos Joaquín hizo y deshizo con el disciplinado PRI, utilizándolo como aliado para reforzar al PAN y PRD en frentes municipales, o evitando que haga equipo con ellos cuando así convenía a sus intereses.
Pero a partir de 2016 el PRI ha chapoteado en el lodazal de las derrotas, en bancarrota financiera y moral. Y es tan inservible que su único alcalde que podía presumir los traicionó para caer en los brazos de “una linda y hermosa criatura” morena, al estilo Cuco Sánchez. El Judas es “El Chepe” José Alfredo Contreras Méndez, quien ya fue admitido en el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el combate de 2022 por la gubernatura el PRI se negó a competir, porque en lugar de enviar a Cora Amalia Castilla Madrid o a Filiberto Martínez Méndez prefirió lanzar a la guerra perdida a Leslie Hendricks Rubio, hija del priista Joaquín Ernesto Hendricks Díaz, último gobernador chetumaleño.
Si el PRI quiere competir en serio en el mandato de la gobernadora morenista Mara Lezama, tiene mujeres y hombres que pueden dar una batalla digna y con posibilidades de triunfo en más de un frente. Una de ellas es Cora Amalia Castilla Madrid, quien como alcaldesa capitalina dejó una enorme huella de efectividad y honestidad que echan por tierra la versión de que todo el PRI es corrupto.
El dirigente estatal del PRI es Pedro Flota Alcocer, quien ha enviado prometedoras señales de que ahora van en serio al campo de batalla. Pero el líder chetumaleño tendrá que reorganizar el desmoralizado ejército para sumarlo al PAN y PRD, actuando en equipo para ir con todo contra el favorito encabezado por Morena, aunque en realidad compiten contra el Presidente Andrés Manuel.