Javier Chávez Ataxca
CAFÉ DE ALTURA
Una tragedia cortó de tajo el genuino y exitoso liderazgo de Marciano Dzul Caamal, fallecido por cáncer de páncreas cuando era presidente municipal de Tulum. La muerte del morenista posibilitó el ilegal ascenso del chiapaneco Diego Castañón Trejo, con corazón verde ecologista porque fue dirigente municipal de ese partido en Tulum, pero repentino morenista por conveniencia política.
Marciano Dzul estaba destinado a las alturas, porque era sólida opción para la diputación federal al concluir su mandato y hasta fue mencionado como carta indígena a la gubernatura, ganada por Mara Lezama con contundencia en 2022.
Iba muy bien el primer alcalde de Tulum que gobernó entonces con los colores del PRI, pero el cuatro de marzo de 2023 murió en San Pedro Garza García (Nuevo León), próximo a cumplir 55 años. Su muerte en la silla dejó en la orfandad política a su hija y diputada local de Morena, Silvia Dzul Sánchez.
El fallecimiento de Marciano Dzul dejó el campo libre al “verde” Diego Castañón, quien no se identifica con Tulum y se siente incómodo al convivir con los mayas. No es lo suyo la convivencia con las masas y lo peor: su impreparación explica los crecientes problemas padecidos por Tulum, comenzando por la inseguridad que sigue en aumento.
Los problemas de Tulum no los puede resolver Diego Castañón con una gambeta digna del rey Pelé, porque como futbolista es asombroso. Pero gobernar reclama talento, destreza y sensibilidad, asimiladas en una trayectoria política ajena a este alcalde elitista, verde por dentro y guinda por fuera.
El frívolo y clasista Diego Castañón paladea la candidatura estelar de 2027, para ser candidato de Morena a la gubernatura. Esta mañosa intención ya fue detectada por Andrés Manuel López Beltrán, quien desde la Secretaría de Organización de Morena está decidido a cerrar el paso a los “verdes” que desplazan a los de casa.