Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Con tareas permanentes –sea o no año de elecciones–, el Instituto Electoral de Quintana Roo (IEQROO) es una carga para las arcas del gobierno de Quintana Roo porque se reactiva en cada proceso y después entra en prolongada etapa de hibernación, succionando un presupuesto que disminuye o aumenta de golpe.
Este año electoral el IEQROO ejerció un presupuesto de 538 millones 855 mil pesos para realizar la elección de once presidentes municipales y 15 diputados de mayoría relativa. En cambio, en 2023 ejerció 194 millones 526 mil 706 pesos.
Pero en 2022 –para el relevo en la gubernatura y la renovación del Congreso local– tuvo a su disposición 408 millones 522 mil pesos, justificables al cien.
La Consejera Presidente del IEQROO es la oaxaqueña Rubí Pacheco Pérez, designada por unanimidad por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE). Pero en el equipo de consejeros las damas se quedan con la tajada del león porque son cuatro: Elizabeth Arredondo Gorocica, Claudia Ávila Graham, Maisie Lorena Contreras Briceño y María Salomé Medina Montaño.
Los dos consejeros son Adrián Amílcar Sauri Manzanilla y Juan César Hernández Cruz.
El desequilibrio a favor de ellas aumenta con Deydre Carolina Anguiano Villanueva, a cargo de la Secretaría Ejecutiva. Esto analizando la incorporación de mujeres y hombres a estas actividades muy complejas e intensas, en cada proceso electoral.
Los consejeros electorales desempeñaron funciones vitales para la buena marcha del proceso, pero pasaron de largo ante las graves anomalías que mancharon la elección, refugiados en actividades internas y sin tener presencia activa en medios de comunicación para fijar posturas, como equipo de árbitros muy bien pagados.
No pongo en duda las cualidades excepcionales de cada consejero, pero son desconocidos a nivel popular y no han hecho el intento por abandonar el caparazón del anonimato donde permanecen muy cómodos.
Cuando el Consejo Electoral de Quintana Roo funcionó exclusivamente para organizar el proceso electoral en la década de los 90, todos los consejeros eran identificados. Sobresalió su titular Carlos Francisco Sosa Huerta, fallecido el 20 de noviembre de 2017.
También recuerdo como titulares a los chetumaleños Armando Xacur Salazar –con el proceso en marcha relevó a Sosa Huerta en 1996– y Rosy Covarrubias Melo; entre los consejeros sobresalieron los combativos cancunenses Tulio Arroyo Marroquín y Juan José Morales Barbosa, fallecido el 16 de febrero de 2017.
Instalado ahora en las instalaciones del hotel Hacienda Campestre porque desalojaron el cascarón del céntrico hotel Marqués, el IEQROO es un órgano autónomo en el papel y no puede justificar su permanencia fija año con año, porque solo sus consejeros y alta burocracia ganan cada quincena y esto es ofensivo en temporada de vacas flacas.