Caza de campaña
Javier Chávez Ataxca
Los debates entre chetumaleños tienen un sabor diferente y este viernes por la noche presenciaremos el choque de espadas de candidatos a la presidencia municipal de Othón P. Blanco. Aquí los ojos estarán fijos en la morenista Yensunni Martínez Hernández –va por la reelección, apoyada por Verde Ecologista y PT–, la naranja en movimiento Lidia Rojas Fabro y el panista Germán González González, respaldado por el debilitado PRI.
Los números son favorables para Yensunni, pero confiar en el voto duro del morenismo –mérito completo del Presidente Andrés Manuel López Obrador con sus volquetes de ayuda social– puede provocarle sobresaltos y tensiones a la alcaldesa con licencia, al colocarla en tierra de nadie en la simbólica sede de los poderes. Pero ella es dueña de su destino electoral.
Habrá que saber con datos reales qué retador ocupa la segunda posición en la persecución de Yensunni: Lidia Rojas o Germán González, ambos con fortalezas atractivas para el porcentaje de electores que descalifica el mandato de la morenista fundadora, bien identificada por el hechicero de la Patria.
El panista Germán González está teniendo buen cierre, porque recientemente recibió el espaldarazo del excelente gobernador panista de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, quien aportó a Germán un plan de acción para instalar el exitoso sistema de transporte público Va y Ven en Chetumal, incluida “una estrategia de seguridad sin precedentes”, como asegura el candidato chetumaleño.
Lidia Rojas ha desarrollado una vistosa campaña reforzada por el “Diamante Negro” Roberto Palazuelos, quien tiene pie y medio en el Senado porque su fórmula acaricia el segundo lugar, superada por la del morenista Eugenio Segura Vázquez que lleva todo el peso de la campaña.
El foro del acortanado debate es buenísimo –peor es nada–, aunque el Instituto Electoral de Quintana Roo (IEQROO) ha sido muy lento al lanzar estos ejercicios culminantes que permiten ver en zonas de tensión a quienes llegan con sus costales de soluciones y propuestas, prometiendo sacarnos de la barranca como lo intentaron con el buey de la canción.