Alerta Roja

Costosas ocurrencias de nuestros gobernadores al querer beneficiar al sur

Javier Chávez Ataxca
CAFÉ DE ALTURA

En algún tramo de su sexenio nuestros gobernadores han beneficiado a Chetumal y al sur con

Inversiones multimillonarias, pero en lugar de proyectos serios han salido con cada ocurriencia, fruto de su inspiración divina.

La inservible Megaescultura del Boulevard Bahía es la más visible y desastrosa, porque esa cosa pide a gritos su demolición al estilo Amir Padilla Espadas, líder de los comerciantes y prestadores de servicios turísticos en la región.

Persistir en el error es necedad inaceptable a estas alturas, porque la Megaescutura fue groseramente alterada y quedó muy lejos de la propuesta artística y arquitectónica del chihuahuense Sebastián, cuatacho del gobernador Joaquín Hendricks que impulsó esta obra faraónica a la mitad de su mandato.

Una de las excepciones la encontramos en el Centro Internacional de Negocios y Convenciones ubicado en el Boulevard, a un costado de la Universidad de Quintana Roo y cuya autonomía es una burla, porque ni a sus estudiantes les permiten elegir líderes con las reglas de la democracia.

Materializado este Centro de Convenciones por el gobernador cozumeleño Félix González Canto, por desgracia ha sido invadido por la Secretaría de Desarrollo Económico, la de Turismo y la Agencia de Proyectos Estratégicos (Agepro) cuya necedad de altos mandos mantiene en huelga de hambre al combativo abogado chetumaleño Héctor Alpuche Pajón.

Si recorremos el Boulevard Bahía, pocos darán calificación aprobatoria a la costosa remodelación hecha por el gobernador Carlos Joaquín González con cargo a deuda. Su cirugía cosmética siguió el camino de la avenida de los Héroes, modernizada en el mandato del cozumeleño Roberto Borge Angulo, último gobernador del PRI.

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