Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Como si no tuviese prioridades benéficas para nuestro estado, en su mediocre período como Presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo) el diputado morenista cancunense Humberto Aldana Navarro impulsó el proyecto para construir una cafetería VIP en la plazoleta del Congreso local con vista a la bahía de Chetumal, removiendo como fierros viejos el asta bandera y la estatua a Don Andrés Quintana Roo.
Antes de soltar el bastón de mando de la Jugocopo para zarpar a la aventura de ser candidato a diputado federal por el tercer distrito de Cancún, Humberto Aldana enumeró al periodista chetumaleño David García los asuntos que deja pendientes.
Entre ellos mencionó la cafetería de uso exclusivo de los diputados que acabará con una plazoleta accesible para propios y extraños. Como si fuera una zona del patio de su vivienda, estos diputados decidieron ganar terreno tomando por asalto un espacio histórico que pertenece a todos los quintanarroenses.
Si tanto es su antojo, Humberto Aldana puede enviar a uno de sus achichincles al cercano restaurante Winner’s por una olla de café con pan dulce. Hay cafeterías muy buenas en las cercanías, como el Almina ubicado a un costado del monumento al huracán Janet, en pleno Boulevard Bahía. En fin, Aldana y su club de diputados de la 4T tienen opciones de sobra y con una ventaja: no ponen de su bolsa porque todo se les paga.
Un amigo empresario me sugirió que investigue si la obra de la cafetería fue autorizada y por quién; también si cuenta con licencia de construcción y manifestación de impacto ambiental, por su cercanía con el mar. Esta obra debe contar con el visto bueno de instancias culturales y es obligada la reacción del Cronista de Chetumal, Fabián Herrera Manzanilla.
El Consejo Ciudadano de Chetumal A.C. reaccionó, y lanzó una carta abierta con el título “¡Basta de atacar y despreciar la historia! ¡Basta de ignorar nuestra identidad!
Lo dicen así 17 chetumaleños que aman a su capital:
“Vemos con dolor y estupor la remoción de la estatua dedicada a Don Andrés Quintana Roo, héroe de la independencia de México –para quienes no lo sepan– cuyo nombre lleva nuestro Estado; y no podemos dejar de recordar que otra estatua suya, la que presidía solitaria la entrada a la capital quintanarroense, fue también removida y desaparecida, entre mentirosas versiones oficiales que intentaron confundir a quienes preguntaron las razones del hecho”.