Caza de campaña
Javier Chávez Ataxca
En campaña por su reelección como alcaldesa de Isla Mujeres, Atenea Gómez Ricalde es el caso más incongruente de un salto partidista porque ganó en 2021 con los colores del derechista PAN – en alianza con PRI, PRD y Confianza por Quintana Roo– y ahora es candidata del “izquierdista” Morena y aliados.
La hija de la exalcaldesa panista Alicia Gómez Ricalde brincó del conservadurismo que tanto condena el Presidente Andrés Manuel López Obrador a una cacareada izquierda desmentida en los hechos, porque la 4T es un mole poblano invadido por quienes van por el poder por el poder, como ocurre con Atenea.
Atenea fue diputada local del PAN porque ganó en 2019, al competir en el distrito 1. Entonces era adversaria de la Cuarta Transformación, pero dejó al panismo colgado de la brocha al dar el viraje de 180 grados.
Pero mi crítica no se concentra en el oportunismo de la expanista Atenea –masajito a las pieles KleenBebé Suavelastic que se quejan ante el IEQROO por mi estilo–, sino en el descarnado cinismo de Morena que suma a sus filas a adversarios ponzoñosos como “El Chepe” José Alfredo Contreras, a quien respalda en su difícil camino a la reelección sin importarle el qué dirán.
Los partidos deben ser agrupaciones políticas serias, pero en este proceso electoral en curso hemos presenciado saltos con dos culpables: el político que cambia de casaca como de calcetines y los partidos que de mil amores aceptan a estas figuras desprendidas, pensando en la rentabilidad electoral a secas.