Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Emiliano Ramos Hernández es uno de nuestros políticos que no era candidateable a prisión por ningún poro, porque ha sobresalido en dos posiciones legislativas donde no manejó presupuesto: primero como diputado federal del PRD (de 2003 a 2006) y luego como diputado local del mismo partido a partir de 2016, abriendo juego con el “Gobierno del Cambio” de Carlos Joaquín González. En esta encomienda rompió con el perredismo en el tramo final, para ser independiente y rondar el balcón de Morena.
Pero su cielo ennegreció de golpe la víspera del reciente proceso electoral, al ser detenido en Playa del Carmen acusado de encabezar una red para la compra de votos a favor de la alcaldesa Lili Campos Miranda, derrotada por la morenista Estefanía Mercado Asencio.
El hijo del exlíder sindical Salvador Ramos Bustamante ya estaba en la mira, porque se negó a una revisión vehicular y fue detenido por desacato a la autoridad. Y de inmediato fue lanzado a las garras de la Fiscalía General del Estado.
La mano de Heyden Cebada Rivas –Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia– es muy visible en este proceso, porque le fue dictaminada ayer prisión preventiva por dos años, ahora acusado del delito de violencia familiar.
Ayer Noticaribe entrevistó a Deysi Taboada –madre de la primera hija del prisionero–, quien denunció que su detención es un asunto político porque Heyden Cebada estaría actuando a favor de la expareja de Emiliano, una diputada local electa de Morena con quien el titular del Poder Judicial sostiene una relación íntima.
La impartición de justicia maya caribeña está siendo raspada por Heyden Cebada, quien inmerecidamente encabeza uno de los poderes. Por ello el Magistrado Presidente está obligado a explicar el draconiano criterio que mantendrá dos años encarcelado a uno de nuestros políticos, cuyo mayor pecado fue ponerse al tú por tú con el amo del Poder Judicial.
No imagino este tipo de condena en tiempos de Joaquín González Castro (El Quino) y Lizbeth Loy Song Encalada. La justicia no se debe aplicar al gusto de quien es “juez y parte”.