Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Sin satanizar a los motociclistas que han invadido calles y avenidas de Quintana Roo, ellos están involucrados en el 79.9 por ciento de los 408 homicidios ocurridos este año. Por ello es un acierto gubernamental la decisión de meterlos en cintura, facilitando medidas de control para identificarlos utilizando estampas con placa en casco y chalecos reflejantes, sin que desembolsen un solo centavo.
Parchada a placer por el Congreso del Estado, ahora la Ley de Movilidad ha sido reformada y se incluye un artículo transitorio que posibilita esta entrega de estampas para identificar a motociclistas, haciendo obligatorio para quienes vayan a bordo el uso de cascos de seguridad que cumplan con las Normas Oficiales Mexicanas (NOM).
Es altísimo el porcentaje de motociclistas involucrados en ejecuciones a pleno sol o bajo la luna, porque de los 180 hombres y mujeres que fueron atacados con arma de fuego este año y vivieron para contarla, 165 (91.66 por ciento) fueron baleados desde una motocicleta cuyo conductor se abrió paso entre el río de automóviles y a menudo logró esfumarse.
Aquí “pagan justos por pecadores” porque hay miles de quintanarroenses que utilizan este medio de transporte como instrumento laboral o de transporte personal o familiar, pero entre ellos hay alimañas que reparten droga y cometen otros delitos, como las ejecuciones desde Chetumal hasta Cancún y la zona continental de Isla Mujeres.
Tiro por viaje hay un motociclista que cumple el encargo de matar. En redes sociales circulan estas noticias sangrientas y nuestra capital ha sido un escenario habitual para este tipo de ejecuciones, sin que se tenga santo y seña de los agresores por la dificultad para identificarlos.
Tenerlos ubicados es una enorme ventaja, pero se tiene que complementar con el funcionamiento de cámaras de vigilancia funcionales en calles y avenidas. Así iremos cerrando la pinza en materia de seguridad pública.