Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
Reclutado en la Ciudad de México por el gobernador Carlos Joaquín y mostrado como la gran solución para la Fiscalía General del Estado, Óscar Montes de Oca Rosales se fue ayer por la puerta de servicio sin despedirse, dejando a Quintana Roo mucho peor con los números de la criminalidad que prometió combatir con todo el respaldo político y de abundante presupuesto a partir del 12 de diciembre de 2018.
Cientos de ejecutados, desaparecidos en racimo, cobro de derecho de piso y un abanico de delitos proliferan en un estado que por varias décadas fue la envidia de medio México por su seguridad extrema, ya que los delitos eran escasos a lo largo del año, pero hoy las cifras son de espanto.
El tijuanense Jesús Alberto Capella Ibarra –extitular de Seguridad Pública procedente del estado de Morelos– y Montes de Oca fueron las dos contrataciones de Carlos Joaquín, y con su plan de trabajo garantizaron que atacarían los males de inseguridad y violencia, pero fracasaron en todas las líneas y Quintana Roo quedó hundido en el infierno y con más cárteles a sus anchas.
Ya encarrillado el gobierno de Mara Lezama, Montes de Oca se aferró a la posición que le entregó Carlos Joaquín modificando la Constitución para desplazar al primer Fiscal designado por él: Miguel Ángel Pech Cen, condenado por sus resultados.
La caída de Montes de Oca es la mejor noticia que pudo dar en la Fiscalía, pero su sucesor tiene que extirpar a los mandos nocivos fuereños instalados en posiciones clave por el Fiscal joaquinista, porque sin una depuración completa su sucesor va a colapsar aunque traigan a Superman.
La gobernadora Mara Lezama debe tener un diagnóstico preciso del estado cancerígeno de la antigua Procuraduría de Justicia del Estado que en el mandato de Roberto Borge contó con un chetumaleño de excelencia: Gaspar Armando García Torres. Más de un Procurador dejó huella positiva, aunque eran tiempos de bajísima exigencia.
Mara Lezama tiene que abrir el abanico de opciones para incluir a quintanarroenses aptos en la lista de candidatos, pero ya deslizan que el sucesor será el chiapaneco Raciel López Salazar, quien ha sido intrascendente en la Fiscalía General de la República a nivel estatal y que no ha sobresalido en su escondida sede de Cancún, ya que los cárteles y grupos criminales son dueños del territorio.
Raciel López fue Procurador de Justicia de su natal Chiapas y Secretario de Seguridad Pública en el mandato del gobernador poblano Miguel Barbosa Huerta, fallecido el 13 de diciembre de 2022. Ahora se perfila como el sucesor de Montes de Oca, remedio que salió peor que la enfermedad.