CAFÉ DE ALTURA
Javier Chávez Ataxca
La lucha por llegar al Congreso del Estado la ha eclipsado el sabroso combate de Morena por la gubernatura, pero tiene su grado de importancia no sólo para los interesados en llegar a la madriguera de Punta Estrella, sino para quien reciba el doble juego de llaves de Palacio y Casa de Gobierno, porque necesita su aplastante mayoría legislativa.
Aquí en el sur, la naranja Erika Cornelio Ramos (en la imagen) puede ser candidata del distrito XV, en manos del guinda chetumaleño Saulo Aguilar Bernés. Él pretende ser candidato de Morena a la alcaldía capitalina, para enfrentar a la amenazante naranja Lidia Rojas Fabro si no le queda de otra.
En la anterior elección de 2024, la coalición formada por Morena, Verde y PT entregó a Saulo 33 mil 48 votos (53.69 por ciento). El joven chetumaleño naranja Mario Redondo Andrade fue una revelación, al cosechar 15 mil 508 (25.20 por ciento).
Y si Redondo repite como candidato, Erika puede ser enviada al distrito XIV tan mal representado por la petista Diana Gutiérrez García, de la Ribera del Río Hondo. En esta zona cañera hay ciudadanos bravos e intratables que no pueden ser amansados con cinco kilos de Minsa y con la ayuda social, mucho menos pueden ser acalambrados con amenazas.
Erika Cornelio tiene fuerte presencia en las comunidades del sur y en zonas de la capital y ha hecho equipo con Lidia Rojas, regidora como ella.
Quizá Erika esté en la boleta como candidata a diputada local y meta presión a una escuadra guinda habituada a ganar el Congreso con el mínimo esfuerzo, porque el trono de nuestra capital se cuece aparte.
