CAFÉ DE ALTURA
Javier Chávez Ataxca
En temporada de mujeres empoderadas, son ofensivos los falsos liderazgos de las chetumaleñas Mercedes Rodríguez Ocejo y Paula Guadalupe Mendoza Ramírez, impuestas en el sindicato del Congreso local y de burócratas del gobierno de Quintana Roo. El desempeño de ambas es negativo para miles de trabajadores porque en los hechos no están representados ante la parte patronal.
Meche Rodríguez recurrió al juego puerco para mantenerse en el poder. Para ello utilizó el manipulable método de “mano alzada” y hasta personal de confianza alzó la diestra en la amañada asamblea del pasado 31 de octubre. Y aún así no le salieron los números, pero arrebató al estilo Jalisco.
La dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del H. Congreso del Estado de Quintana Roo (SUTAHCE) es insostenible, pero con terquedad se aferra a su liderazgo ilegal.
Lo ha dicho la Secretaria estatal del Trabajo y Previsión Social, Verónica Salinas Mozo, quien entrevistada por el reportero Mario Castillo afirmó que ella no ha recibido la Toma de Nota para el período que ambiciona, por lo que carece de representatividad legal.
La chetumaleña Mercedes Rodríguez aterrizó en el liderazgo impulsada por el panista Eduardo Martínez Arcila, quien presidió la Gran Comisión del Congreso al inicio del mandato del gobernador Carlos Joaquín. Su tiempo ya pasó, pero a la mala defiende su tercer período de tres años.
Algo similar ocurre con Paula Guadalupe Mendoza Ramírez, quien según lidera el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (SUTAGE). Ella fue elegida por delegados en una asamblea realizada el pasado 14 de octubre. Este proceso es una burla a la democracia y perjudica a la tropa laboral.
Paula Mendoza releva en el papel a Roberto Poot Vázquez, quien por más de 14 años se enquistó en el liderazgo sindical. Pero en corto aseguran que Roberto Poot no se ha ido del todo.