Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
El partido guinda creado por Andrés Manuel López Obrador para capturar la Presidencia es víctima de su éxito noqueador estilo Mike Tyson, porque en 2018 trituraron a sus adversarios en la mayor parte de los municipios y se llevaron el “carro completo” en senadurías y diputaciones federales. A duras penas los panistas, priistas, verde ecologistas y de Nueva Alianza lograron retener posiciones.
Pero tan calculadores como son, los verdes pactaron de inmediato con el vencedor Andrés Manuel para ser sus aliados, borrando su historia matrimonial con el PRI de los gobernadores cozumeleños Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, hasta su última coalición en 2018 para llevar a la Presidencia al “no priista” José Antonio Meade Kuribreña.
Morena ha sido desplazado por los invasores verdes en el reparto de posiciones, algo tremendamente injusto porque el partido del Presidente pone los votos que cosecha el Verde con camión de volteo. Imposible una mejor alianza para los alfiles del “Niño Verde” Jorge Emilio González Martínez, desaparecido de escena por un tipo de cáncer combatido en Estados Unidos.
La fuerza política que enarbola la bandera de la 4T es segundona en su alianza con los verdes que pretenden retener Cancún con la falsa morena Ana Patricia Peralta de la Peña, conservando Puerto Morelos con la inexperta y manipulada Blanca Merari Tziu Muñoz y reteniendo Tulum, donde gobierna el relevista Diego Castañón Trejo por la muerte de Marciano Dzul Caamal.
Además los verdes saborean el municipio de Solidaridad tan mal gobernado por la joaquinista Lili Campos Miranda, pero aquí lo curioso es que Morena abre fuego con su incompetente dirigente estatal Johana Acosta Conrado para que el Verde se quede con la presa mayor.
Morena ha recibido en Bacalar otro golpe en las partes nobles con la conversión del “Chepe” José Alfredo Contreras Méndez a la religión morenista, pese a sus antecedentes de veneno y traición cínica.
Pero en “Chepe” Contreras hay mucha historia tóxica que puede demolerlo aunque sea convertido en santo por sus nuevos aliados de Morena, un partido echado a perder aunque siga ganando elecciones por la fuerza magnética de Andrés Manuel y la falta de retadores dignos de mención en tierra maya caribeña.