Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
La alcaldesa morenista del municipio maya de Felipe Carrillo Puerto, Maricarmen Candelaria Hernández Solís, cometió su mayor error político al solicitarle un préstamo de casi tres millones de pesos al presidente municipal saliente, José Esquivel Vargas, “Chak Meex”, para quien lo de menos es recuperar la millonaria suma extraída de la caja registradora de sus negocios –según su decir–, ya que pretende exhibir a la mala paga para debilitarla en su trayectoria a la reelección.
El préstamo de dos millones 970 mil pesos se lo hizo Chak Meex en 2021, recién concluido el proceso electoral, por lo que Mary Hernández tuvo todo el año siguiente para liquidar el adeudo en abonos, pero además sin intereses porque el exalcalde José Esquivel Vargas en buena onda solo quiere recuperar la suma íntegra porque no tiene vocación de usurero.
Pero con exceso de confianza Mary Hernández dejó este boquete abierto y cuando su antecesor detectó la circunstancia ideal pasó a la ofensiva con una demanda ante el juzgado oral de lo mercantil, raspando y debilitando aún más a una alcaldesa frívola que se refugia en el tanque de guerra de Morena para sentir en el bolso de mano la reelección, por el siempre hecho de aparecer de nuevo en la boleta.
El pecado de Mary Hernández causa urticaria en el alto mando de Morena y la debilita en su travesía a la reelección que tiene segura por la falta de adversarios y por la fidelidad de los carrilloportenses a los colores de Morena y principalmente al Presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien Mary Hernández debe el triunfo porque ella en sí misma tiene un capital político diminuto.
El insensato adeudo de Mary Hernández provoca un conflicto íntimo, ya que su pareja es Johana Acosta Conrado, dirigente estatal de Morena y que baila al ritmo que ordena la alcaldesa de Carrillo Puerto, quien tendrá que desactivar la bomba detonada por José Esquivel Vargas si no quiere debilitarse más y quedar fuera de combate.
Chak Meex es el diablo que metió la cola, mientras Mary Hernández metió la pata al hacer un trato con su antecesor y negarse a pagarle. El daño ya está hecho y pega en la falsa moralidad de la Cuarta Transformación que sí miente y es mala paga, como ha demostrado la vanidosa alcaldesa morenista del camionetón de lujo que ofende al pueblo maya hundido en la miseria.