Quintana Roo reactivará la defensa de su territorio que mantiene invadido Campeche desde el 31 de diciembre de 1996, cuando su gobernador Jorge Salomón Azar García ordenó la creación del municipio de Calakmul, bañándose en las aguas pestilentes de la ilegalidad.
Como se recuerda, a principios de 1997 el gobernador quintanarroense Mario Villanueva recurrió a una Suprema Corte de Justicia de la Nación que dejó todo en suspenso, dejando las papas calientes en manos de un Senado de la República que se negó a mover un solo dedo, hasta que de nuevo la Corte recuperó esa facultad pero declaró sobreseídos los juicios. Pero la moneda sigue en el aire.
Quintana Roo ha recorrido desde hace 17 años un camino repleto de pantanos y arenas movedizas, mientras Campeche consolida día con día su presencia, festejando con aire de perdonavidas el impune agravio a la Constitución que todos juramos respetar.
El gobernador Roberto Borge Angulo ha movido sus piezas, dando su aval para que sean presentadas de nuevo las demandas de controversia constitucional ante la Suprema Corte. Quintana Roo tiene esa opción, así que recorrerá de nuevo el único camino permitido por nuestras instituciones.
Raúl Labastida Mendoza, Consejero Jurídico del gobierno del estado, participa en una tarea de equipo que debe rendir los mejores frutos para Quintana Roo, cerrando un episodio negativo que no debe repetirse en nuestro país, presumido como tierra de instituciones.
Los tres poderes presentarán las demandas de controversia, como corresponde. El movimiento es el correcto en defensa de una vasta superficie que nos pertenece, y que debe ser recuperada al amparo de un arbitraje que en esta segunda oportunidad debe aplicarse a fondo, resistiendo esas presiones políticas que acechan como saurios entre el pantano.
Todos los quintanarroense debemos estar atentos al curso del nuevo proceso, aunque será un recorrido prolongado y una batalla de largo aliento. Pero una parte de Quintana Roo está en juego.