Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
Cuando Morena tenga a su candidato a la presidencia municipal capitalina de Othón P. Blanco, estaremos saludando al próximo mandamás de la avenida Álvaro Obregón. Y todos los pronósticos aseguran la cómoda reelección de la alcaldesa morenista Yensunni Martínez Hernández, muy bien identificada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y que ha acelerado el paso en tierra de ciegos.
En la pasada elección de 2021 el partido vino tinto se dio el lujo de tener en la boleta al chetumaleño Luis Gamero Barranco, pero fue desplazado con la campaña avanzada para dejar como candidata a Yensunni, quien acusó a Gamero de violencia política en razón de género y fue recompensada con la candidatura. La intención del voto no se movió un milímetro, algo digno del asombro.
En ese combate la oposición tiró balas de salva contra el acorazado, aunque Juan Ortiz Cardín se lanzó a fondo como candidato de la coalición formada por PAN, PRI, PRD y el eliminado engendro joaquinista Confianza por Quintana Roo.
Antes, al calor del combate de 2018 por la Presidencia, el candidato morenista Hernán Pastrana Pastrana aplastó a sus adversarios: el panista Fernando Zelaya Espinoza y la priista María Hadad Castillo, quien ahora dirige el Instituto Quintanarroense de la Mujer en el equipo de la gobernadora Mara Lezama.
La muerte de Don Hernán en la silla municipal –vencido por el cáncer a los 79 años– posibilitó el temprano ascenso del incompetente experredista Otoniel Segovia Martínez, cuyas metidas de pata fueron perdonadas por las masas electorales que votan teniendo en mente al santo patrono Andrés Manuel.
Si la oposición abandona las catacumbas, puede enarbolar banderas de campaña que agiten el coraje y el hartazgo de los othonenses –como los baches que son una tortura para el chetumaleño–, pero están escondidos como abuelitos del asilo de ancianos y con su pasividad transmiten pesimismo, aceptando que el combate ya lo ganó la coalición formada por Morena, Verde Ecologista y el chiquitín PT.
En otro tiempo los priistas imponían su ley y los panistas contaban con figuras del calibre de Luis Gamero Barranco, Mario Rivero Leal y José Francisco Hadad Estéfano, pero ahora están ausentes esos atractivos perfiles con garra, cosa que agradece el gigante fanfarrón de la 4T.