ONCE PASOS
Javier Chávez Ataxca
Las clases populares de Chetumal sufren año con año por la falta de transporte urbano, un servicio básico de nivel europeo en capitales como Mérida, en el vecino Yucatán. Pero en nuestra capital caribeña padecemos esta ausencia que desangra los bolsillos de miles, arrebatando en promedio 50 pesos diarios a un pasajero obligado a tomar un taxi al paso, presionado por la prisa de llegar a su casa o trabajo.
Fue en 2012 cuando el alcalde priista chetumaleño Carlos Mario Villanueva Tenorio se negó a autorizar un peso de aumento a la empresa Autotransportes Bahía, filial de ADO. Por una exitosa gestión de la alcaldesa priista Cora Amalia Castilla Madrid esta empresa le había entrado al negocio e iba muy bien, porque sus unidades con aire acondicionado atendían una necesidad colectiva con aceptable cobertura.
Pero al no obtener ese justo aumento la empresa se retiró, camino que siguió otra empresa en el período del expriista Luis Torres Llanes, dejando al chetumaleño a merced de los taxistas temerosos de la competencia, pero cerrados a renovarse para mejorar un servicio que no pasa la prueba de la eficiencia, porque sus unidades son realmente colectivos con mal trato y sus Radio Taxis en contadas ocasiones están disponibles.
Y pese a este pésimo servicio y cotidiana sangría a los bolsillos de los humildes, el Ayuntamiento capitalino no ha ido más allá de anuncios prometedores como el hecho por la regidora expriista Mary Hadad Castillo, quien a principios de agosto de 2019 declaró a La Verdad Noticias: antes de que concluya ese año estaría listo un estudio técnico con rutas, tarifas y requisitos para las empresas.
Arrastrar el lápiz y meterse de lleno en el tema tiene que ser una responsabilidad de los pasivos regidores capitalinos que andan en el reventón de su inmerecida reelección, pero sin responderle a su pueblo.
El Ayuntamiento capitalino asegura que el balón está en la cancha del titular del Instituto de Movilidad (Imoveqroo), Rodrigo Alcázar Urrutia, un incompetente y rebasado cancunense que no ha podido meter orden en el ramo y ha complicado lo que funciona: las licencias de manejo.
Un usuario debe pagar 35 pesos a un taxista para ser trasladado de la zona de la avenida Erick Paolo Martínez con Magisterio, en cuyo cruce hay una gasolinera con fama de que no roba. Pero si toma en ese rumbo un Radio Taxi le cobra 45 pesos, con la advertencia de que van a subir la tarifa.
Radio Taxi Premier anunció que a partir del 1 de febrero próximo su tarifa mínima será de 60 pesos, un chingadazo para la economía del chetumaleño. Y los voraces taxistas hacen de las suyas porque Rodrigo Alcázar es un monigote devorado por el monstruo de siete cabezas.