En estas condiciones tan adversas para Quintana Roo en términos financieros, cuando casi toda la burocracia se aprieta el cinturón y hay tantos damnificados de a pie, es un lujo imperdonable contar con un Poder Legislativo que consume muchos millones de pesos sin entregar el menor beneficio a la sociedad. Este año ese “poder” ejerce 447 millones 781 mil pesos, una cantidad insultante cuando son evidentes las carencias en materia de salud, con ancianos muriendo de hambre en las comunidades.
En tu Congreso local hay 25 diputados, 15 de mayoría relativa y 10 plurinominales o de representación proporcional. El PRI es amo es señor en esta Legislatura, ya que aplastó como moscas a sus oponentes en los comicios locales de principios de julio de 2013.
Pero todos los diputados están ubicados en una seductora zona de confort. En el caso de los priistas, tratando como servidumbre a los diputados del PAN y al solitario del PRD, aunque hablamos de una servidumbre que ha recibido muchos cañonazos de millones a cambio de su complicidad aderezada con sumisión.
Para empezar, los 10 diputados plurinominales deben ser eliminados porque su aportación es nula. De hecho, el pluri Pedro Flota Alcocer está dedicado de tiempo completo a su tarea de dirigente estatal del PRI.
Otros pluris tampoco justifican su posición, comenzando por el tibio y servil Sergio Bolio Rosado, coordinador de la bancada panista que con mucho entusiasmo está al servicio de José Luis Toledo Medina, supremo coordinador de toditos los diputados.
Decenas de asesores y asistentes hay a disposición de estos diputados que no saben legislar sin que ello les altere el sueño, provocando una tremenda sangría presupuestal a Quintana Roo.
Recordemos el triste papel que hicieron los diputados con la Ley Antimarchas, aprobada a la carrera sin que hicieran el menor esfuerzo por evaluar sus alcances. Y los expertos fuera del Poder Legislativo tuvieron que saltar a escena para sacar las castañas del fuego.
Del Congreso del Estado tendría que partir una reforma de fondo, para entregarle a Quintana Roo un poder realmente efectivo y que no sea una carga tan descomunal para las arcas públicas.
