La diputada local priista Arlet Mólgora Glover rindió este miércoles su informe de labores en una colonia popular de Chetumal, acompañada por la clase política de su partido pero con dos ausencias notables: Cora Amalia Castilla Madrid (su compañera de bancada) y el director general del Conalep y ex alcalde capitalino, Andrés Ruiz Morcillo, quienes como Arlet pretenden ser candidatos a la diputación federal.
Pero más allá de esa cuestión, me detengo en el gasto nada despreciable que hizo el Congreso del Estado para pagar un encarte a colores en el diario Respuesta, cuyos directivos tabasqueños incluyeron en el presupuesto la distribución del tabloide en pleno informe vespertino.
Hablamos de montañas de dinero, y no me atrevo a especular con la cantidad erogada por el Poder Legislativo para la campaña en toda forma que ha emprendido Arlet Mólgora por el distrito electoral federal, decidida a fortalecer su imagen para legitimar su inminente designación.
Pero Arlet ha cometido un enorme error al avalar una publicación destinada a alimentar su posicionamiento. Porque sin ser émulo de Sherlock Holmes puedo asegurar que José Luis Toledo Medina (Presidente de la Gran Comisión del Congreso) palomeó el presupuesto entregado por los hermanos Millar, del diario Respuesta.
A todo esto, es obligada la opinión sobre el particular de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), organismo proyectado como una panacea para los vicios que han predominado en todas las contiendas. Esta es una prueba de fuego para tales consejeros federales, y definirá su comportamiento a la hora de la verdad.
Arlet –o mejor dicho, el Congreso del Estado – no necesita tirar el presupuesto por la ventana, ya que ella sin el menor esfuerzo será una candidata que avanzará en senderos del ensueño, por el simple hecho de que llegado el momento no enfrentará adversarios formales, por su raquitismo como figuras y por la falta de municiones para combatir.
Vislumbro una batalla electoral entre el equipo de básquetbol de Estados Unidos y fodongos aficionados de Chetumal incapaces de llegar a la zona rival. Pero PAN y PRD se sienten cómodos en esas posiciones tan vergonzosas, indignas de partidos con tanto vigor a nivel nacional.
Recuerden con qué facilidad derrotó Arlet al panista Julio Xulub Chay (anónimo representante de la SEP) en los comicios locales de principios de julio de 2013, cuando estuvo en juego la diputación local. Con tal antecedente, sería insólito el ascenso de una figura competitiva en las filas opositoras.
Por tal razón el derroche de Arlet no tiene sentido, y en todo caso prefiero la campaña de la diputada federal priista Lizbeth Gamboa Song, quien entregó útiles escolares con recursos avalados por Manlio Fabio Beltrones, coordinador de su bancada.
Al menos Lizbeth Gamboa dejó un enorme beneficio a miles de familias.
