Cuando tienes tu casa convertida en un chiquero es inaceptable que eches porras a las brigadas que pretenden limpiar el cochinero del vecino. Esto puede resumirse de la postura de la diputada local del PRI, Arlet Mólgora Glover, quien dijo en su comunicado más reciente que «como ama de casa, como ciudadana y como diputada, y porque estoy convencida que es lo mejor para el país, me sumo y apoyo la consulta ciudadana para reducir el número de diputados (obviamente federales) y senadores plurinominales».
Arlet es legisladora en un Congreso donde la relación entre diputados de mayoría relativa y de representación proporcional (plurinominales) es injusta en extremo, ya que hay 15 de mayoría por 10 pluris.
Tales plurinominales, como se sabe, son los que permanecen relajaditos en la hamaca mientras los candidatos en toda forma hacen campaña a pleno sol, soportando la lluvia y todo el desgaste de una campaña proselitista.
Por esa vía tan comodina llegaron recientemente priistas como Pedro Flota Alcocer y Cora Amalia Castilla Madrid, incluidos diputados de oposición que desempeñan servilmente su papel de lustradores de zapatos del Presidente de la Gran Comisión del Congreso, José Luis Toledo Medina.
Arlet tiene que poner el dedo en la situación cancerígena del Congreso de Quintana Roo, pero en cambio prefiere echar porras «como ama de casa», sin evaluar las condiciones tan injustas de este Poder Legislativo tan inoperante y costoso.
La opinionitis de Arlet ha alcanzado niveles inaceptables para el ciudadano que no se deja seducir por el canto de las sirenas y que detecta la avidez de reflectores de un “ama de casa” que acaba de conseguir su primer cargo de representación proporcional, prácticamente sin alterar su peinado porque no tuvo oponentes en la contienda de principios de julio de 2013.
Y sin bien la opinión de un ama de casa no deja de ser valiosa, los priistas le dieron a Arlet el pasaporte para representarlos en el Congreso local, desempeñando una labor de legisladora. Pero en cambio ella se ha concentrado en una febril tarea proselitista, opinando sin actuar en su ámbito de competencia.
Por cierto, muy contadas amas de casa pueden lanzar opiniones que sea publicadas íntegramente por diarios como el Quequi Chetumal. Es decir, contadas señoras del hogar pueden hacer por su cuenta un convenio publicitario a ese nivel, a menos que los directivos del Quequi califiquen como noticia valiosísima todos los comunicados que difunde Arlet, quien pretende ser candidata del PRI a la diputación federal por el segundo distrito, con cabecera en Chetumal.