Chetumal, 8 de septiembre
Juan Juárez Mauss
Siendo uno de los principales municipios productores de reses en Quintana Roo, las carnicerías en Bacalar están sin abasto de cárnicos propiciado por la venta indiscriminada de animales a la unión americana y estados del norte del país.
Por décadas los ranchos productores más importantes de la entidad han sido los ubicados en las poblaciones del municipio Bacalarense, en donde se calcula que existen por lo menos 7 mil cabezas de res, según datos de la Secretaría de Desarrollo Rural.
Pero ahora muchos de estos animales están siendo vendidos por los productores a personas provenientes de los estados del norte del país, quienes a su vez los ofrecen al mercado de la Unión Americana, en donde existe un gran interés por adquirirlo gracias al estatus fitosanitario privilegiado que tiene Quintana Roo de cero incidencia de enfermedades.
Esto, más el alto precio en que se compran los animales, ha causado que el mercado local se quede sin abasto, no solo en el municipio de Bacalar, sino también con los tablajeros de la ciudad de Chetumal.
Un animal en pie es comprado hasta en 55 pesos el kilogramo por los empresarios foráneos, cuando hace tan solo unos cuatro años se pagaba esta medida a 20 pesos.
La voracidad de los productores y la ambición para hacerse de dinero rápido ha propiciado que incluso se estén vendiendo vacas reproductoras y becerros, por lo que a corto plazo, se dará irremediablemente un despoblamiento en el ato local.
En este momento se puede percibir el preámbulo de lo que será la falta de animales en canal en mercados, pero más adelante será peor la cosa, ya que no se contará con animales en los campos de pastoreos. Se cambiarán los papeles, los ganaderos tendrán que comprar en otras partes del país, o esperar que los órdenes de gobierno los “acobijen” y les vuelva a dar apoyos para volver a tener un ato ganadero como el que se está perdiendo.
Mientras tanto, los ganadores de estos son los ganaderos y las empresas de supermercados trasnacionales en donde la carne de res se oferta hasta en 150 pesos el kilo, y los perdedores serán como siempre, el pueblo.
