Cozumel, 31 de enero (Por Esto Q Roo)
Poco a poco sigue destapándose la cloaca del Centro de Reinserción Social del municipio de Cozumel, al salir a la luz pública algunas de las múltiples vejaciones que se le imputan a los integrantes de la “Banda del Mazo”, a quienes con impotencia culpan de haber sostenido relaciones sexuales con mujeres de internos en presencia de los mismos esposos durante las visitas conyugales, en caso de oponerse vendrían las severas golpizas. Asimismo, se habla de supuestas violaciones contra algunos internos, aunque ninguna autoridad ha declarado al respecto.
Al interior del reclusorio de la isla de Cozumel se ha empezado a ventilar que los “Chilangos” habrían cometido, entre otras bajezas, con los demás internos el sostener relaciones sexuales con algunas esposas de reclusos en presencia de los mismos maridos o parejas sentimentales de las mujeres, ante la impotencia de ellos porque no era bajo su consentimiento, sino obligados bajo el pretexto de “haberla cagado” en la cárcel y que se lo aplicaban como forma de “castigo” o porque simplemente le gustó la mujer a alguno de ellos.
La condición era sostener el encuentro sexual con las mujeres que ellos decidían antes de que los propios esposos o parejas sentimentales entraran a su vista conyugal, y de no aceptar los reos, eran sometidos a torturas que incluía el entierro de alfileres debajo de las uñas de las manos provocando gritos de dolor que no inmutaba a los celadores que se encontraba antes con el destituido Adán Mora González.
Todo ello sin que los casi 65 reos que habitan en el área general interviniesen ante los 14 foráneos que controlaban el penal y que a pesar de ser mayoría no actuaron porque no podían reunirse para planear algo, ya que en cada celda dormía uno de los integrantes de la “Banda del Mazo”, lo que impedía poder tramar contra ellos y de esta forma aseguraban mantener absolutamente todo bajo control.
No obstante las vejaciones que sufrían los reos, y que inclusive se habla de que presuntamente se dio alguna violación contra unos internos, había hecho que poco a poco se fueran organizando discretamente y que ya se tramaba un motín para destronar a los de la “Banda de Mazo” mediante una pelea al interior que pronosticaba sangrientas consecuencias. Sin embargo, al ser cambiados de celdas los “Chilangos” a un lugar segregado pero con todas las condiciones para que lo habiten, impidió que corriera la sangre.
Los anteriores líderes del autogobierno insisten en que los regresen de nuevo al área general mediante el argumento de haber sido separados por discriminación precisamente por ser oriundos del Distrito Federal, aunque la realidad es que fueron separados por los actos delictivos que ejercían, y es que los reclusos del área general auguran que si los regresan correrá sangre.