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Todos los reflectores se concentran en la carrera entre priistas por la candidatura al gobierno del estado. La baraja de nombres tricolores se impone, alentando especulaciones y preocupando a los que ya definieron su respaldo porque saben que en este juego nada hay seguro y una apuesta fallida representa una buena temporada de vacas flacas.
Hoy por hoy, quien sea candidato del PRI a la gubernatura tiene pie y medio en Palacio de Gobierno. Sea quien sea, porque la oposición no da señales de vida y sigue perdiendo un tiempo valioso, mientras los aspirantes priistas se fortalecen y están perfectamente identificados: Mauricio Góngora Escalante, José Luis Toledo Medina, Raymundo King de la Rosa, Eduardo Espinosa Abuxapqui, Paul Carrillo de Cáceres, Gabriel Mendicuti Loría y Carlos Joaquín González.
Pero es increíble que a estas alturas del partido la oposición haya perfilado tan sólo a José Luis Pech Várguez como prospecto de Morena para la gubernatura. Pero la posible amenaza no inquieta al PRI porque al ex Rector de la Universidad de Quintana Roo (UQROO) lo han masacrado los morenos que lo rechazan por infiltrado al servicio del gobierno del estado.
Y aún con este fuego de artillería al menos Andrés Manuel López Obrador –santo patrono de Morena– se atrevió a lanzar un candidato en potencia a la gubernatura, aunque José Luis Pech debe soportar el golpeteo inmisericorde de los morenos que no le perdonan su paso por el gobierno del estado, colaborando en su última etapa con el gobernador Félix González Canto que lo dejó al frente de la Secretaría de Educación, antes de enviarlo a la UQROO.
El PAN es una franquicia atractiva pero sin figuras competitivas cuando es disputada la gubernatura. Ya están acostumbrado al tercer lugar, superados por el PRI y el PRD. Y su dirigencia es pusilánime y sin liderazgo y dominio de estrategia.
Su única esperanza radica en el lanzamiento de un candidato externo y sobre todo desprendido del PRI, lo que está por verse.
El PRD tampoco compite en estos momentos, y está perdido si se atreve a lanzar a Lady Senadora Luz María Beristain.
Por ello las apuestas están muy a favor del PRI, y tan sólo una rebelión en sus entrañas puede hacerle mucho daño, alterando el escenario.