Chetumal, 7 de noviembre
ESPECIAL
Todo indica que el mundo está al revés en el Congreso del Estado, ya que el diputado presidente de la gran comisión, José Luis “Chanito” Toledo Medina, a los malos elementos los premia con puestos de lujo en su administración, como es el caso de Lucía Violeta Sánchez Méndez, nefasta funcionaria que en el mes de marzo del año 2010 supuestamente entregó a una bruja la cantidad de 440 mil pesos para que les realizara un ritual para multiplicar el dinero.
Más allá de lo criticable que resulta que una profesionista y funcionaria del Poder Legislativo participe en este tipo de prácticas ocultistas, el mayor problema es que la fuerte suma de dinero no era de Lucía Violeta, quien es hermana del actual director de la policía municipal de Tulum, sino que era dinero destinado al pago de nómina de los trabajadores del Congreso.
Por esos hechos que se podrían calificar como robo, en su momento el ex procurador del estado, Bello Melchor Rodríguez y Carrillo, anunció la liberación de una orden de aprehensión en contra de Lucía Violeta Sánchez Méndez, tesorera del Congreso del Estado en aquellos tiempos, por el delito de abuso de confianza al utilizar más de 440 mil pesos para una supuesta “limpia” por parte de una “bruja” en esta ciudad. La denuncia fue interpuesta –supuestamente– por el ex oficial mayor del Poder Legislativo, Sergio de la Cruz Osorno.
Pero como de costumbre, la impunidad se impuso, ya que a cuatro años de estos hechos nunca se interpuso ninguna denuncia formal en contra de la funcionaria ladrona, quien no solo no fue despedida del Congreso del Estado por esta grave falta, sino que ha seguido cobrando sus jugosas quincenas puntualmente.
En el colmo de lo absurdo, el actual líder del Congreso, José Luis “Chanito” Toledo, la sostiene como jefa de departamento de organización y modernización dentro de las oficinas del recinto legislativo, y a decir de fuentes internas es una de las funcionarias consentidas del Poder Legislativo.
El abuso de confianza en que incurrió Lucia Violeta Sánchez era causa más que suficiente para un fulminante despido por haber tomado un dinero ajeno para fines personales y tratar de lucrar con éste, pero en vez de procurar que se cumplan las leyes que ellos mismos elaboran y se supone deben de proteger, “Chanito” la tiene más activa que nunca dentro del Congreso a espera que pueda hacer otra de las suyas.
Y es que si ya una vez se le hizo fácil robar dinero ajeno y no tuvo ninguna consecuencia legal y laboral por sus actos, ¿qué garantías existen de que no vuelva a defraudar las arcas del Poder Legislativo?
