.
.
.
Novedades Chetumal
.
Mujeres y hombres alimentan el proyecto Quintana Roo. El festejo genuino –no el político– corresponde a quienes se han ofrendado con toda la pasión que les desborda. Los nombres brotan en desorden, y lamentablemente muchos escaparán a mi memoria.
De nuestros ex gobernadores destaco la intachable honestidad y visión política de Miguel Borge Martín, cuyo equipo de colaboradores se desempeñó como la peor de sus pesadillas. La figura del Doctor Borge sigue en crecimiento, aunque legados como la Universidad de Quintana Roo (UQROO) hayan sido desinflados como globos de feria pueblerina a partir de la gestión de Mario Villanueva Madrid.
El político de oposición por excelencia es el panista Miguel Martínez Martínez (en paz descanse), un líder íntegro que fue perseguido por Margarito Ramírez y obligado a refugiarse en Belice. Si los panistas actuales se asoman a su biografía comprenderán las dimensiones de su propia miseria moral.
De los poetas menciono a nuestro Ramón Iván Suárez Caamal, quien cosecha preseas en otros confines y es un hombre bueno, poesía andante y letras de carne que se obsequia como un cargamento de miel.
No omito a otro poeta y catedrático de la UQROO: Javier España Novelo, un hombre que piensa en endecasílabos y está entregado a su oficio. Ajeno a los reflectores, Javier España es un orgullo para Quintana Roo.
El tenor chetumaleño Joel Montero triunfa en escenarios de la exigente Europa, y en cada oportunidad habla de su Chetumal, donde recibió la nalgada de bienvenida al mundo. Simplemente majestuoso.
Nuestro historiador Francisco Bautista Pérez es la memoria de nuestro estado, y sus obras son consulta obligada. Sus efemérides y Janet, uno de sus libros más recientes, derrumban mitos porque Don Francisco es un investigador riguroso, un personaje único.
Incluido está el profesor Ignacio Herrera Muñoz, Cronista Vitalicio de Chetumal que tiene su centro de operaciones en la Casa de la Crónica, ubicada en el parque de Los Caimanes. El profesor superó un delicado problema de salud y sigue firme con su pueblo.
Tantos quintanarroenses han aportado lo mejor de su talento y toda la pasión del mundo para nutrir a su estado. El festejo es de ellos, y perdón por omitir varios nombres.