CANCÚN, 28 de junio.-
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Profepa, delegación Quintana Roo, se ha convertido en una dependencia que protege y solapa destrucción de la ecología en la entidad.
Los casos son muy visibles: Dragon Mart, Puerto Cancún y ahora el Gran Coral en la Riviera Maya, donde a pesar de que se daba relleno de manglar de manera ilegal, la Profepa ni siquiera tenía conocimiento del caso.
De acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Cemda, en Quintana Roo la Profepa únicamente es una dependencia de “adorno”, pues a pesar de que existen constantemente proyectos que deben de revisarse, el organismo “desvía” por completo sus trabajos.
El ejemplo de esto es lo ocurrido apenas ayer en el Gran Coral, donde reporteros de esta casa editorial fueron agredidos mientras investigaban la devastación del manglar en la Riviera Maya.
En teoría, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Profepa, tiene la obligación de realizar operativos de vigilancia en torno a los permisos que otorga la Semarnat en Quintana Roo.
Grand Coral, razón social de Playa Paraíso Maya S. A de C. V., no mostró ningún permiso para el relleno de manglar y la construcción, además de impedirles a los inspectores el paso también agredió a reporteros.
El trabajo de la procuraduría consiste en llevar a cabo una revisión periódica y puntual de todos los desarrollos que se realizan o se edifican en la entidad, con el objetivo de mantener un control en este tipo de construcciones.
Sin embargo, la dependencia federal en la delegación estatal carece de esas acciones. Por el contrario prefiere revisar tiendas de animales en la ciudad de Cancún para “justificar su desempeño”.
El problema es considerable porque el caso de Grand Coral no es único. De hecho el Dragon Mart tuvo que ser revisado por Profepa, a nivel central, debido a que la delegación estatal no realizó bien la evaluación del complejo.
La Profepa a nivel central estableció que la Manifestación de Impacto Ambiental, MIA, del proyecto Dragon Mart, era improcedente luego de que la delegación estatal la avalara en su momento.
Otro ejemplo de las irregularidades de la delegación estatal de la Profepa, es el caso de Puerto Cancún, donde los habitantes del fraccionamiento Bahía Azul constantemente son afectados por los rellenos de manglar que hicieron los desarrolladores para construir un campo de golf que nunca fue revisado por la dependencia federal.
Para el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Cemda, la situación es grave en Quintana Roo, ya que la Profepa en su delegación estatal está sujeta a intereses particulares en vez de cuidar al medio ambiente como ordena su trabajo.
Cabe señalar que por mes, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat, aprueba en promedio 3 ó 4 proyectos en Quintana Roo, los cuales deben ser monitoreados y revisados por la Profepa, delegación estatal, para que cumplan con los parámetros de cuidado ambiental que exige la legislación ecológica de México.
Fuente: Por Esto! Quintana Roo