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Necesario el refinanciamiento de la deuda estatal para el gobierno de Mara Lezama

Ajuste de Cuentos

Ángel Solís

Prácticamente la gobernadora morenista Mara Lezama Espinosa recibió un estado con 20 mil millones de pesos de endeudamiento, herencia de administraciones priistas voraces como las de los cozumeleños Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, quienes no solo arrasaron con todo a su paso, sino que dejaron una multimillonaria deuda a pagar en los próximos 20 o 25 años, provocando que no se cuente con liquidez financiera para enfrentar los compromisos inmediatos y sobre todo los imprevistos que tiene todo gobierno, como los huracanes impredecibles.

Hay que dejar claro que Mara Lezama no pretende solicitar más deuda, sino reducir el porcentaje de las tasas de interés de lo que se adeuda para lograr ahorros y destinar estos recursos al gasto público.

Actualmente el gobierno de Mara Lezama arrastra una deuda a largo plazo de 19 mil 625 millones 687 mil 171 pesos, producto de 10 créditos con diversas instituciones financieras como Banorte, HSBC, Santander, Banobras, entre otros, los cuales cuentan con plazo de pago de entre 20 a 25 años; esto significa que los recursos del estado están comprometidos más allá del año 2040.

La tasa de interés promedio que paga Quintana Roo por estos 10 créditos a largo plazo es de un .57 por ciento arriba de la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE), por lo que el gobierno de Mara Lezama pretende reducir el pago entre un .45 a .40 por ciento.

Cuando se asoma en el horizonte el primer informe de Mara Lezama, es necesario que los diputados de la XVII Legislatura analicen las necesidades y problemas que enfrenta Quintana Roo, porque la liquidez financiera es necesaria para enfrentar lo que resta de esta administración, ya que en promedio se pagan entre dos mil quinientos a tres mil millones de pesos al año de esta pesadísima deuda heredada, lo que deja muy poco margen para las obras y proyectos planeados para los próximos años.

El Secretario de Finanzas y Planeación, Eugenio Segura Vázquez, anticipó que de aprobarse la solicitud de refinanciamiento de esta deuda hasta por el total del mismo,  se emitirá una convocatoria abierta en la pueden participar todas las instituciones crediticias del país en un proceso abierto y transparente, adjudicándose parte de los créditos o el monto total a quien ofrezca las mejores condiciones tanto en plazos como en tasas de interés.

Aunque el funcionario no se aventuró a precisar de cuanto sería el ahorro al refinanciar la deuda y buscar menores tasas de interés, se estima que anualmente se logre un ahorro de aproximadamente 200 millones de pesos a partir del próximo año y hasta la finalización de este gobierno morenista.

A un año de gobierno, la disciplina financiera y el orden en las finanzas impulsados por Mara Lezama han dado como resultado una mejora en la calificación crediticia, pasando de BBB con perspectiva estable a  “A” con perspectiva estable, lo que permite al estado orientar los ahorros de recursos hacia los quintanarroenses que menos tienen.

Hay magnas obras que construye el gobierno federal, como la remodelación del Boulevard Colosio de Cancún donde se invirtieron más de mil 100 millones de pesos, el puente de la Laguna Nichupté cuyo costo supera los siete mil millones de pesos. Pero al ya no existir el Fonatur ni el Fonden los mantenimientos y reparaciones correrán a cargo del estado, para lo cual se requerirán recursos considerables.

Aunado a los proyectos emblemáticos del gobierno federal como el Aeropuerto Internacional de Felipe Carrillo Puerto-Tulum y el Tren Maya que atravesará ocho municipios del estado, desde Lázaro Cárdenas a Othón P. Blanco. Las gigantescas obras traerán desarrollo a estas zonas, pero requerirán obras de infraestructura y servicios ante el crecimiento poblacional que se calcula vendrá una vez que entren en operación.

Independientemente de que el próximo gobierno federal sea una continuidad del actual que encabeza Andrés Manuel López Obrador, Quintana Roo tiene que estar preparado para afrontar cualquier emergencia y la única manera es con unas finanzas sanas. Los diputados locales tienen la última palabra.

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