.
.
.
Novedades Chetumal
.
A contados periodistas de Quintana Roo nos aguarda un sofá cama monetario a la hora fatal del retiro, aunque la adversidad puede manifestarse en cualquier momento y en una etapa temprana, cortando de tajo aquellos planes y sueños de alpinismo compartidos por todos los que nos involucramos en este oficio.
Lo cierto es que muchos compañeros son altamente vulnerables porque no tienen un fondo para el retiro, una cuenta personal de ahorro o bienes muy valiosos de los que puedan desprenderse para ir atendiendo los jaques que presagian el jaque mate que llega tarde o temprano.
Alberto Echazarreta Rodríguez fue un periodista admirable, pero no pudo más en su lucha contra el cáncer y nos abandonó en plenitud de su existencia, el 17 de septiembre de 2014. Su familia quedó desprotegida, y lo peor es la postura de nuestro gremio que condena al olvido con extrema facilidad, con sus contadas excepciones.
El periodista que lea esta columna reconocerá su estado vulnerable, pero este planteamiento no debe generar reacciones de desaliento y depresión, motivando en cambio respuestas activas y vigorosas para resolver de fondo este problema que afecta aproximadamente a ocho de cada 10 periodistas que desempeñamos especialidades diversas.
Contar con título universitario no debe ser un criterio para descalificar al periodista que se ha forjado por su cuenta, asimilando experiencia a su paso por los medios de comunicación donde se aplican los exámenes más implacables.
El reciente nacimiento de nuestra Asociación Civil Periodistas del Caribe (Peca) ha sido un salto notable, tomando en cuenta nuestra dispersión de décadas y la desconfianza automática ante el surgimiento de estas agrupaciones.
Nuestros compañeros –como Graciela Machuca Martínez y Raymundo Martín Gómez– han impulsado una ley para la protección de periodistas que ha sido impulsada en esta nueva etapa por el gobernador Roberto Borge Angulo, quien puede hacer una aportación muy significativa a nuestro gremio tan expuesto.
Un fuerte abrazo a mis amigos Jorge Cruz Escalante y Enrique Lizama Cornelio, quienes han enfrentado desafíos en materia de salud, echándole muchas ganas con el respaldo de sus respectivas familias y demás seres queridos.
